Se había marchado Everest a la serie B en 1983 –y no ha regresado a la máxima categoría desde ese lejano año– y Guayaquil no tuvo que esperar casi nada para tener, como por mucho tiempo fue una costumbre, cuatro equipos en la serie A que acompañaran a Barcelona, Emelec y 9 de Octubre. En la temporada de 1984 una nueva cara se asomó en el balompié porteño: el entonces recién ascendido Filanbanco.