Cuando no existían las redes sociales, el fútbol no estaba globalizado, YouTube era una palabra desconocida y los resúmenes de un partido de la Premier League ocupaban apenas espacio en las televisiones extranjeras durante su información deportiva, Eric Cantona, jugador francés, ‘se ganó’ el derecho a convertirse en noticia de portada en todo el mundo.

El delantero francés del Manchester United es recordado por su talento y sus excentricidades. La más famosa cumple 25 años.

El 25 de enero de 1995 Cantona saltó a una tribuna para propinarle una patada a un hincha que lo insultaba. Sucedió en el estadio londinense de Selhurst Park, la casa del Crystal Palace, que caía 1 a 0 frente al United.

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A los 3 minutos del segundo tiempo, Cantona vio la tarjeta roja por una patada a Richard Shaw. Mientras el galo caminaba al túnel, la tribuna local estalló en insultos. Cantona no pudo con su genio y saltó a la platea para tirarle una patada a un hooligan (hincha violento) del Crystal Palace.

Se trataba de Matthew Simmons, sobre quien Cantona focalizó su reacción ante los insultos. Algunas versiones señalaron gritos xenófobos de su parte, cosa que el hincha siempre desmintió. Lo cierto es que tras la patada y ser identificado se supo que tenía ideas de extrema derecha.

La patada de Cantona le valió nueve meses de suspensión, 120 horas de trabajo comunitario y 30 mil dólares de multa. Una vez le preguntaron cuál fue su mejor momento en el fútbol y respondió: “Mi preferido es cuando le pegué al hooligan”. Nunca se arrepintió: “Patear a un fascista no se saborea todos los días. Me arrepiento de no haberle pegado más fuerte”.

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“Todo tiene un límite”, refirió semanas después de la polémica acción Alex Ferguson, en ese entonces DT del United, disculpando a Eric.

Simmons había participado del robo a una estación de servicio, en el que había atacado con una llave inglesa a un empleado oriundo de Sri Lanka, tres años antes. Una década después de la famosa patada agredió a golpes a un entrenador de infantiles del club Fulham por haber dejado de lado a su hijo y fue a juicio, pero no por ese hecho, sino por escupirlo e insultarlo cuatro años más tarde cuando se cruzaron en un estadio. (D)