En un país subdesarrollado se escuchan millones de peros cuando está por cristalizarse una obra o un acontecimiento y como ejemplo el bicentenario de la independencia de Guayaquil, nuestra siempre portaestandarte en todas las actividades, ejemplo de grandeza, que pese a haber recibido golpes fulminantes sigue en la cima sin ser dominada ni hoy ni mañana ni nunca.