El ambiente era de fiesta. Globos y papel picado de colores celeste y blanco. Hubo discursos, aplausos, explicaciones a medias que técnicamente aclararon poco (“entiendo que es así”, “yo de eso no conozco”, “tiene un nombre pero no manejo esa parte”) y, si no se anticipaba el motivo de la rueda de prensa de ayer, se podría haber pensado que era una ceremonia para presentar al estadio Modelo Alberto Spencer ya “transformado”, como se prometió el 28 de agosto anterior.