Es 2017, hay una cancha de fútbol y Jürgen Klinsmann escucha con atención la pregunta de un reportero hispanohablante: —¿Grandes recuerdos por medir a México? —Sí, siempre... ¡sobre todo porque ganamos siempre!—, responde el alemán, tan locuaz como su interlocutor, y rompe a carcajadas.