La propuesta de compartir con Colombia y Perú la sede del Mundial 2030 implica un deseo reprimido porque aunque parece un tema ideal y que atrae, no deja de ser una utopía. Es poco probable que se vuelva realidad. La propuesta hecha por el presidente Lenín Moreno tendría que consolidarse lo suficiente en todo contexto para que sea sostenible porque es un proceso engorroso proponer a la exigente FIFA ser organizador de la Copa del Mundo del 2030.