Macará es el equipo sensación del campeonato nacional 2019. Es puntero y cumple la mejor campaña de su historia. Y es esa ‘moda ambateña’, de color celeste, la que hace inevitable recordar la primera gran temporada del club, vivida en el ya memorable 1988, cuando se metieron entre los ocho mejores del año (divididos en dos grupos de cuatro cada uno. El líder de cada llave iba a la final). Ese Macará tuvo un formidable conductor en la mitad de la cancha: el peruano Germán Leguía, que a sus 34 años era un maestro sabio, con dos mundiales a cuestas (1978 y 1982) y un recorrido notable de un lustro por Europa. Al crack lo define así el periodista Antenor Guerra-García en su Seleccionario. Diccionario de jugadores de la selección peruana: “Volante cerebral, gran asistente de pases largos, plásticos, precisos, telegráficos. Fue un director de orquesta capaz de hacer maravillas en el campo”. Y el Bellavista lo comprobó, especialmente en una goleada 5-1 sobre Liga (Q), cuando convirtió un doblete. A Leguía lo emociona el Macará actual y a este Diario, el asesor de Universitario de Deportes, le revela su deseo de que Ambato festeje un título.