Emelec no crece futbolísticamente. Se fue un técnico y vino otro y las cosas han empeorado. Ni el anterior ni el actual han podido ejercer su idea ni hacer que los jugadores la comprendan. Los futbolistas fichados no se han acoplado o no han alcanzado el nivel por el cual los contrataron. Es un equipo absolutamente desorientado. Emelec, como local, donde ha sido fuerte desde hace muchos años, ahora es débil, frágil y con una serie de incongruencias de tipo futbolístico.