La escalada del consumo de drogas en la juventud ecuatoriana ha sido un tema de alto voltaje. El que más se ha discutido en oficinas, en foros y se lo ha trasladado a leyes, unas necesarias y otras controvertidas; pero lo que es cierto es el poco pragmatismo en la ejecución de las diferentes alternativas propuestas. Lo preocupante es que parece incontenible el desarrollo de este azote que carcome el futuro de nuestra juventud.