Quiero sumarme al festejo de todo un país por el triunfo del ciclista Richard Carapaz en el Giro de Italia. Su éxito nos llena de orgullo, pero también debe llenarnos de compromisos porque no solo él, sino otros deportistas ecuatorianos viven de su esfuerzo personal y del apoyo privado. El mejor homenaje del Gobierno a Carapaz no es brindarle un almuerzo con el presidente de la República, ni eliminar los impuestos a la importación de bicicletas de competencia. Hay muchas más cosas por hacer.