Nuestro país tiene jornadas deportivas muy destacadas y aunque no son muchas son éxitos que el destino nos puso en el camino para que sirvan de estímulo y orgullo de nuestra nacionalidad. Por aquello siempre se las debe tener de referentes, para que las nuevas generaciones reverencien esos hechos históricos y a los deportistas que los consiguieron. Pero hay que reconocer que a veces el olvido y la indiferencia son peores que la ignorancia y ese es un mal que hoy corroe la sensibilidad de nuestra sociedad.