Ecuador es tierra de brillantes tenistas que cada cierto tiempo emocionaron al país con triunfos sensacionales que les dieron celebridad en el planeta –en mayor o medida uno respecto del otro–. Entre esas figuras están Francisco Segura, el iniciador de los éxitos, miembro del Salón de la Fama del tenis mundial; Andrés Gómez, con dos títulos en Roland Garros –uno en dobles y otro en singles– y cuatro de la ATP; Miguel Olvera y Francisco Guzmán –verdugos de Estados Unidos en la Copa Davis de 1967; Eduardo Zuleta, quien derrotó en 1960 a Roy Emerson, que es dueño de doce coronas de Grand Slam. Además, Ricardo Ycaza, campeón juvenil en Forest Hills en 1976, y Raúl Viver, mejor juvenil del planeta en 1979 como campeón de Orange Bowl. Las alegrías siguieron con el sexto lugar mundial de Nicolás Lapentti en 1999, año en que llegó a semifinales del Abierto de Australia. El último gran momento del tenis tricolor, con trascendencia universal, fue en 2000, con la victoria en Copa Davis en Wimbledon, gracias a Nicolás y Giovanni Lapentti. Y es Nico, precisamente, quien analiza, en charla con este Diario, por qué desde su retiro no han aparecido figuras similares en el deporte blanco nacional.