Con el estilo escueto y sobrio que imperaba en el periodismo hace medio siglo (al menos para el fútbol), O Estado de Sao Paulo tituló en su página deportiva del 3 de agosto de 1962: “El Santos empató: es campeón de América”. Hoy lanzaría ediciones especiales con decenas de páginas, pero entonces lo ilustraba con tres fotos, una crónica ultraparcializada y las alineaciones de los equipos. Así cubría una final de Copa Libertadores jugada en el propio estado de San Pablo el diario más importante. El fútbol ya era el deporte rey, pero no tenía la corona dorada que luce hoy. De cualquier modo, la noticia no tendría nada de extraordinario si no fuera porque Santos en verdad no se coronó campeón de América. Al menos no en esa noche agitada, violenta, accidentada e interminable que enmarcó al más insólito de los 5.078 partidos de la Copa Libertadores (hasta la edición 2015 incluida). Y no fue un error del diario...