La reducción, en 2015, de las medidas oficiales y reglamentarias de la legendaria piscina del colegio Vicente Rocafuerte –de donde se volvió costumbre que emergieran glorias de la natación que dieron títulos a Guayas y Ecuador– y la ausencia –por decisión del Estado– de entrenadores enrolados allí para la práctica náutica, son dos de los factores que han incidido en la pérdida del poderío deportivo del histórico plantel educativo. Esa decadencia también afecta al deporte de la provincia.