Las sospechas de dopaje persiguen al deporte ruso. La última acusación surgió en Alemania y se dirige a la selección anfitriona del Mundial. Los jugadores de Rusia habrían estado esnifando amoniaco, una sustancia no prohibida, para mejorar su rendimiento durante los partidos del torneo 2018. La pista la abrió este fin de semana el diario muniqués Süddeutsche Zeitung.