El Mundial se ha consumido (y lo hemos disfrutado) en sus dos tercios. Queda la fase final de 16 partidos a muerte en eliminación directa. Los grupos son una batalla y una tortura pausada, viene el momento del knock out. La aritmética queda en el armario, hay que salir a ganar... Aunque algunos seguirán especulando de que el tiempo suplementarios (por energía) o los penales (por talento o suerte) les pueden favorecer.