El rey Felipe VI se dio un gusto de sábado de soltero: dejó las rencillas domésticas de palacio (que sigan ellas…) y se fue al estadio, al del club del que es hincha, el Atlético de Madrid, a entregar su copa, la del Rey. Y le salió redondo, pues además de ver un partidazo, tuvo que ponerla en manos de Iniesta, un ídolo colosal del pueblo español, que además no es catalán. Don Andrés es de Fuentealbilla, Albacete. Tuvo que tolerar Felipe, ya no queda otra, los silbidos al himno de miles de barcelonistas (no todos), y que Barcelona, la comarca más insurgente del reino, se llevara otra vez la copa. Porque, vaya ironía, el FC Barcelona es el más ganador de esta competencia con 30 títulos. Le siguen quienes -¡oh capricho…!- también tienen tradición separatista, los vascos del Athletic de Bilbao con 23 coronas. Y ya después vienen los madrileños, el Real con 19 y el Atlético con 10. “Con unas vueltas menos”, dicen los de la Fórmula Uno.