Un hecho particular ocurrió durante el compromiso entre el Real Madrid y el Éibar por la Liga española, con Sergio Ramos como protagonista. Cuando se jugaban 73 minutos, el capitán blanco abandonó el terreno de juego y se dirigió rápidamente al camerino, aprovechando que el duelo estaba detenido porque un jugador del Éibar estaba tendido sobre el terreno de juego.