Como “un partido para la historia” fue publicitado, por los organizadores, el amistoso pactado entre Emelec y la selección de Checoslovaquia que se jugó el 11 de enero de 1968, en el Capwell. Medio siglo después, lo que se utilizó como un eslogan más, rebasó el estatus de simple promoción para intentar atraer hinchas al estadio. Lo que también se denominó el “cañonazo futbolístico del año” fue un vaticinio acertadísimo.