Cuando una actividad, de cualquier índole genera dinero, aparece ese flagelo que es la corrupción. El fútbol desde hace mucho tiempo se transformó en un negocio tremendamente rentable. La FIFA creció de manera virulenta y ya desde la época del recientemente fallecido Joao Havelange pasó a ser un negocio próspero. El resto es muy reciente y lamentable y algo que se sabía pero no se podía probar salió a la luz.