Los ecuatorianos necesitamos tener la capacidad de enfrentar los retos internacionales como el actual, a través del diálogo que nos lleve a acuerdos.
Absortos asistimos a la destrucción de un multilateralismo que nos ha dado 80 años de paz.
Me impactó evidenciar que, para esos estudiantes, la improvisación de los tomadores de decisiones es uno de los peores males que aquejan a las sociedades.
La globalización aparentemente ha terminado y el patrimonio de la fuerza es el imperativo en las relaciones entre las naciones.
Hay que tener conciencia de nación, en este momento de la historia en que estamos cambiando de paradigmas.
Lo cierto es que lo que viene es un tsunami que impactará a nuestros países...
Un planeta en conflicto permanente es lo que estamos dejando a nuestros hijos y nietos.
Hay que liberar las fuerzas de la inteligencia, preparación, experiencia y generar estrategias para superar las adversidades que vienen.
El único antídoto para el desprecio, según Unite, es el tratar al otro con dignidad.
No andemos culpando a nadie, nosotros somos los responsables de esa realidad...
Esta no es la primera y tampoco será la última policrisis que confrontemos.
Es una era que varios analistas han calificado como “el tiempo de la zozobra”.
Tristemente, el ser distinto racialmente, el tener un apellido de otro origen, el tener otra religión, puede provocar violencia en esta espiral de xenofobia.
El mundo pospandémico se debate en una crisis de polarización y división que neutraliza las capacidades y la solución de los problemas universales.
Es un error garrafal el pensar que los otros vendrán a solucionar los problemas del Ecuador sin pedir nada a cambio.
Necesitamos un multilateralismo a la altura de los grandes retos de nuestra época para dar respuestas multidimensionales y coordinadas.
Es necesario que Ecuador analice las causas raíz que han terminado con su paz interna y le han colocado entre los países más violentos del mundo.
Aunque sabemos esto, los liderazgos nacionales y mundiales no tienen la capacidad para enfrentar un problema de estas magnitudes.
Tenemos retos importantes nacionales e internacionales, y somos capaces de enfrentarlos si llegamos a los acuerdos comunes mínimos...
Todos miramos con preocupación lo que ocurre en esta elección y las consecuencias dentro de los Estados Unidos e internacionalmente.
Es hora de cambiar la forma de pensar. Debemos buscar soluciones pragmáticas y no emocionales a nuestros problemas.
Quizás de este ejercicio el Ecuador pueda tomar el mecanismo para arribar a consensos y acuerdos.
En este momento existe una profunda fractura del multilateralismo que hace complejo llegar a acuerdos...
Lo importante para países como Ecuador es buscar orientar su política exterior...
El tema migrante es uno de los más sensibles en la campaña electoral y es objeto de uso con tintes populistas y hasta xenofóbicos.
Esos afanes injerencistas, que desdicen del principio de buena fe en las relaciones internacionales.
Encerrados en nuestras propias contradicciones, navegamos en un escenario de mares enfurecidos...
Es mucho más fácil aceptar lo que demanda menor esfuerzo, que lo pensado y racionalizado.
(...) en esta era de crisis permanentes, los países como el nuestro deben encontrar soluciones con absoluto apego a sus principios e intereses.
La elección de Trump sería, para muchos analistas, el mayor factor desestabilizador de la democracia estadounidense y pondría en serio peligro el equilibrio int