“Un dolor punzante del lado derecho y abajo de la costilla, que se agudizaba luego de ingerir alimentos, en especial los sólidos, condimentados y grasosos, me alertó de un mal funcionamiento orgánico”.
Así describe Consuelo Cortés los síntomas que la llevaron, a través de exámenes que se realizó posteriormente, a saber que poseía en su organismo un cálculo de 0,6 cm en la vesícula, y por el que recientemente se sometió a una operación.
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El médico Saúl Rugeles, del Hospital Universitario de San Ignacio, de Colombia, especialista en cirugía gastrointestinal y endoscopía, indica que la vesícula, que está ubicada en la pared inferior del hígado, “es una bolsita que está conectada con dos tubos que salen del hígado y transportan la bilis (una mucosidad compuesta por sales, ácidos y colesterol que digiere las grasas) al intestino: los conductos biliares”.
Cuando uno de los componentes de la bilis se altera en el organismo y empieza a presentarse en cantidades elevadas se forman los cálculos en la vesícula, señala Rugeles, quien visitó recientemente la ciudad para una charla a médicos, organizada por los laboratorios Abbott.
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Una persona puede vivir con cálculos en la vesícula sin que tenga que someterse a una cirugía, siempre y cuando no existan síntomas, asegura el galeno. En el caso de Cortés, ella intentó evadir la operación, pese a las molestias, con una dieta que le recomendó su médico.
Sin embargo, aunque el dolor cedió algo y ella pensó que se había aliviado, el malestar volvió. “Se hizo más fuerte, esta vez sentía náuseas, vómitos y llenura sin haber ingerido nada. Era un tormento comer, al hacerlo el malestar era lesionante”, reseña.
Rugeles asegura que los síntomas aparecen cuando se ve interrumpida la comunicación entre los conductos biliares y la vesícula a causa de los cálculos. “Este taponamiento hace que la bilis no se transporte al intestino y que la vesícula se inflame y su función se vea obstaculizada”, apunta.
La solución que tiene el paciente para eliminar por completo los cálculos es la operación, señala, pues se corre el riego de que la vesícula sufra una perforación o que estos pasen a los conductos biliares.
Explica, además, que aunque no se ha determinado por qué aparecen los cálculos, debido a la incidencia de casos en América del Sur, en el que el 30% y 40% de la población los padece, “parece que tiene que ver con la forma de alimentación”, menciona el especialista.
Sin embargo, el gastroenterólogo César Camacho sugiere que las causas de los cálculos a la vesícula están “definitivamente ligados al consumo de grasas”. “Cuando hay exceso de colesterol por ingerir frituras este se acumula en la vesícula y empieza a haber un desorden en el funcionamiento de esta”, asegura.
“Es común por eso que una persona con sobrepeso sufra de cálculos a la vesícula”, advierte Camacho, y señala como causa adicional para su aparición el consumo de tóxicos como el tabaco y el alcohol.
Evitar la ingesta de grasas, controlar la alimentación, la obesidad y tomar agua son algunas de las recomendaciones que hace Camacho para evitar que se formen cálculos. “El agua es el medio por el cual se disuelven las toxinas, que son expulsadas a través del sudor y la orina, por eso es importante para prevenir este mal”, dice.
Si tiene cálculos, la gastroenteróloga y nutricionista Salma Buendía recomienda una dieta con leche y queso descremados, solo la clara del huevo y carnes como el pescado, pollo sin piel y de ternera sin grasa.
La especialista aconseja también vegetales, como el tomate sin semillas, papa en poca cantidad para evitar gases; frutas cocidas, y por nada utilizar el aceite como medio de cocción. “También se deben evitar la mantequilla, el café y bebidas gaseosas”.
Si no presenta síntomas pero quiere saber si tiene cálculos en la vesícula, una ecografía general del abdomen bastará para determinar si existen, concluye Rugeles.
La operación
La colecistectomía laparoscópica se usa para eliminar los cálculos de la vesícula en la actualidad. En este procedimiento se hacen incisiones quirúrgicas pequeñas que permiten una recuperación rápida. A los pacientes se les da de alta el mismo día de la cirugía o a la mañana siguiente.
En el pasado, la colecistectomía abierta (extirpación de la vesícula biliar) era el procedimiento usual para los casos sin complicaciones. Sin embargo, ahora se realiza con menos frecuencia.
“Sentía náuseas, vómitos y llenura sin haber ingerido nada. Era un tormento comer, al hacerlo el malestar era lesionante”.
Consuelo Cortés