Los Juegos Nacionales son las más valiosas herramientas deportivas de los últimos años. No son fines sino un medio para conseguir objetivos como el mejorar la calidad de vida, elevar el nivel técnico de sus atletas, entre otros.
Se han convertido en evaluaciones permanentes para las federaciones nacionales y provinciales, Fedenador, entrenadores y deportistas.
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La actual administración del Ministerio del Deporte le está dando otro plus cuando no solo arman los torneos mediante comunicaciones a las provinciales a quienes se les envía, por ejemplo, cuántos deportistas deben únicamente asistir a cada campeonato, incluyendo un corto personal de apoyo.
Esto de entregar o permitir determinados cupos tiene sus pros y sus contras. En primer lugar, no le deja la libertad a cada provincia de decidir cuántos atletas llevar y en qué modalidad. Segundo, no puede asistir más personal de apoyo que los designados. Se ha dicho que con esta modalidad se evita que las delegaciones asistan con personas en exceso.
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El fin de semana último se notó un trabajo febril de los funcionarios del Ministerio haciendo talleres y encuentros para revisar el plan de competencias y la logística de cada uno de los juegos junto con los representantes de las provinciales.
También se dispuso que un deportista puede intervenir en el torneo de su categoría por su edad y también la superior.
Este detalle tiene doble lectura. Es bueno porque le permite a los participantes desarrollar pronto sus habilidades y cuando regresa a su grupo natural llega con la autoestima elevada y ha ganado mayor experiencia y mejorado su nivel técnico, pero, por otro lado, le quita espacio a otro deportista que no será convocado y marginado para darles el cupo al que se está promoviendo de categoría.
En el caso de los deportes que no están en los cuadros oficiales de competencias, sus federaciones nacionales y provinciales deben gestionar, luchar e insistir mediante la presentación de proyectos con sus respectivos justificativos, fines, objetivos, medios, recursos, etc.
Bien se podría incluir el béisbol, por ejemplo, en los Juegos Nacionales de menores que se cumplirán en abril próximo, en los que podrían participar no menos de seis provincias, que para iniciar es bastante.
En Cuenca 2010 se hizo un ensayo por iniciativa de Fedeguayas y durante el desarrollo de los Juegos Juveniles se efectuaron torneos de exhibición simultáneos de béisbol y sóftbol en el parque Paraíso con la intervención de cinco provincias en béisbol y seis en sóftbol.
Se creía que se había prendido la llama del interés del Ministerio, pero el tema se enfrió. Hay que insistir, y luchar. Bien pueden intervenir unas seis u ocho provincias que para reempezar está bien, solo falta buena voluntad para seguir gestionando y poner al béisbol y al sóftbol en el programa oficial de competencias de los Juegos Nacionales, con lo cual se conseguirá ubicarlos en el mapa deportivo del país.