AFP
PEKÍN.- Por primera vez la cantidad de habitantes de las ciudades en China supera el número de los habitantes de las zonas rurales debido a una urbanización desenfrenada y un éxodo rural masivo que plantea numerosos desafíos al país más poblado del mundo.

A fines de 2011, el país más poblado del mundo tenía 690,79 millones de personas en las ciudades, contra 656,56 millones de personas en el campo, indicó el Buró Nacional de Estadísticas (BNE).

Los habitantes de las ciudades representan ahora un 51,27% de la población total de 1.347 millones de habitantes. Hace treinta años sólo un chino de cada cinco vivía en una ciudad.

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Según el BNE, la cantidad de habitantes en las zonas urbanas conoció un alza de 21 millones de personas por año mientras que el de las zonas rurales cayó 14,5 millones.

China vive una aceleración de la urbanización y un éxodo rural masivo, inducido por la descolectivización de la agricultura, la industrialización del país y la atracción que representan las ciudades entre la mano de obra de bajo costo.

Esta tendencia se aceleró los últimos veinte años. Según el Centro de Investigación sobre el Desarrollo y la Población de China, la población urbana del país era de 26% en 1990 y de 36% en 2000.

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El peso de la población urbana seguirá creciendo para alcanzar las 800 millones de personas en 2020, según un informe gubernamental publicado en octubre de 2011. Es decir que más de 100 millones de habitantes se mudarán a las ciudades para cuando termine la década.

Para 2025, pronostica la consultora McKinsey & Company, China tendrá 221 ciudades de al menos un millón de habitantes y 23 ciudades de más de cinco millones. A modo de comparación en Europa hay menos de 40 ciudades con un millón de habitantes o más.

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"La urbanización es un proceso irreversible", afirmó a la AFP Li Jianmin, un experto en demografía de la universidad de Nankai de Tianjin.

"Los próximos veinte años, la población urbana china alcanzará 75% de la población total. Ello tendrá inevitablemente consecuencias muy importantes sobre el medioambiente y el desarrollo socioeconómico de China", comentó.

El ritmo desenfrenado del crecimiento urbano acarrea una demanda colosal en términos de infraestructuras, transporte, energía, tratamiento de agua, entre otros.

La rápida urbanización crea además tensiones. Cuando la población rural se instala en las ciudades no beneficia de los mismos derechos, en especial en materia de acceso a los servicios sociales, salud y educación que los ciudadanos que poseen un certificado de residencia oficial.

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La situación es particularmente tensa en las regiones en donde los migrantes -cuya cifra es superior a los 220 millones- representan una parte importante o incluso la mayoría de la población.

Mientras que numerosas pequeñas o medianas ciudades continúan alentando el éxodo rural, las megalópolis promueven una política inversa.

"Las grandes ciudades como Pekín y Shanghai ya establecieron claramente que deseaban frenar el aumento de su población", aseguró Li Jianmin.

Comparado a otros países, China logró mejor la integración urbana de millones de pobladores provenientes de zonas rurales, señalan otros especialistas que subrayan la ausencia de vastas villas miseria como en India o Sudamérica.