Como un niño que pidió ser cargado por su padre y luego no quiere colocar sus pies en el suelo, un guacamayo escarlata se aferra al brazo de su cuidador y camina hacia los hombros negándose rotundamente a regresar a la rama dentro de su jaula. Se trata de Alfonso, el guacamayo, y Ramón, su cuidador, en el Centro de Rescate de la Fundación Pro Bosque, en el Bosque Protector Cerro Blanco.