Felicitaciones toreros, incluido Álex Aguinaga. Ya ven que cuando las cosas se hacen bien, todo es color de rosa. Ahora sobran las alabanzas y el futuro se parece a un panal de abejas. Todo dulce. Y pensar que hasta el comienzo del juego con Independiente, el sábado anterior, los presagios no eran alentadores.

“No contaban con mi astucia”, dizque dijo el Güero. Y se salió con la suya. El cambio, en una semana, fue tan radical en Barcelona que ahora sobran las buenas nuevas. Y el flamante técnico se convirtió en psicólogo, estratega y futurista porque hasta los presagios son de buenaventuranzas.

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Hay que ser realistas, el Barcelona del sábado 2 de abril, que le ganó 2-3 en Sangolquí, contra el que fue goleado 4-0 en Riobamba, por el Olmedo, no se parece sino en el nombre. ¿Es posible un cambio tan rotundo y verdadero en pocos días? Sí, dicen los hechos, pero hay que esperar y tener paciencia, sin perder lo que se hizo y lo que se pueda lograr.

Los canarios ganaron cuando tenían 11 puntos y menos 4 (7 goles a favor y 11 en contra); Independiente sumaba 8 puntos, con 10 goles a favor y 19 en contra. Es decir, la defensa más deficiente del campeonato. Hoy Barcelona tiene 14 puntos, con 10 goles a favor y 13 en contra y sube del noveno puesto al séptimo, con menos 3. Vuelve a jugar con Independiente al comienzo de la rueda de revanchas, en penúltimo con el puesto, con 8 puntos y menos 10.

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De dos jugadores fundamentales pocos se acordaron de ellos: Geovanny Nazareno, que no empezó de titular, un marcapunta excelente. También es excelente el lesionado Matías Oyola. Es que sus sustitutos los reemplazaron eficazmente: Cristian Cruz brilló a gran altura. ¿Será ese su nivel habitual?, es la primera pregunta; Dennys Quiñónez, ¿seguirá con la misma eficacia? Para el lado de Brayan De la Torre este mandará al banco por mucho tiempo a quien sea. Pocos recordarán quiénes fueron los delanteros o volantes de ataque hasta ese sábado 2 de este mes. Podrán caer en el olvido.

¿Dónde estaba esa gente? ¿Dónde estaba el toque del que hizo gala Aguinaga en toda su carrera y que los amarillos recordaron recién en los 20 finales minutos y que levantó de sus asientos a la hinchada? La lógica dice que si en una semana Aguinaga hizo jugar así al equipo, ¿no es para soñar con lo que podrá hacer en las siguientes semanas? Ese es el fútbol, el duelo de mañana, la felicidad de mañana y viceversa.

Ahora, en el Monumental, debe ratificar lo que hizo y la hinchada que esperaba un buen toque de su técnico lo acompañará masivamente. Estoy seguro. Es verdad, el tema Barcelona da para hablar bastante y apenas lo hemos boceteado. Esperemos con más paciencia.

Emelec, por su parte, no le pudo ganar al Deportivo Cuenca. Fue más equipo que los azuayos. Atacó todo el tiempo y creó unas diez oportunidades de gol, no concretó ninguna. Pero lo importante es la actitud respecto de algunos detalles. Por ejemplo, Cristian Menéndez es luchador, entrador, entusiasma, contagia su espíritu, pero sus actitudes están dejando fisuras observables. No es ágil y por allí se pierden goles.

¿Cómo pueden entrar al cambio jugadores pasados de peso como Leandro Torres y Roberto Mina? Hay cosas que deben copiar a su técnico Omar Asad, pero no la gordura. Contra los morlacos, con una defensa de hasta de ocho hombres, los azules debieron ubicar juveniles de ataque como cuando jugaron contra el Manta, porque ellos aportan velocidad y desequilibrio, ¿o no? Tienen peso, les falta rapidez y destreza.

Igual le pasó el jueves pasado en la Copa Libertadores contra el boliviano Jorge Wilstermann (0-0), equipo ahora de segunda categoría, al que Emelec debió haber golpeado porque las oportunidades que se perdieron fueron tantas que daban pena y llanto. El fútbol tiene sus refranes: el que nos los hace, los ve hacer.