La atleta sudafricana Caster Semenya, protagonista de una polémica sobre su identidad sexual tras haber ganado la medalla de oro de los 800 metros en el Mundial de Atletismo de Berlín de agosto pasado, declaró ayer a la prensa que ser célebre “no es fácil”.
“Ahora la gente me mira con insistencia, quieren tocarme. Me imagino que es porque soy célebre, pero creo que no me gusta”, dijo al periódico británico The Guardian.
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“No es fácil. En la universidad las cosas van bien pero hay muchos lugares donde no puedo ir”, aseguró la joven de 18 años en una entrevista realizada en la universidad de Pretoria, donde se entrena.
Semenya ganó el título mundial con el mejor tiempo de la temporada: 1 minuto, 55 segundos y 45 centésimas. Antes de la final, la Federación Internacional de atletismo (IAAF) pidió las pruebas de género debido a la gran musculatura de la corredora y su rápida mejora en tiempos.
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Tras la victoria de la sudafricana, el consejo de la IAAF designó a un grupo de expertos para dilucidar el sexo de la atleta y su decisión podría publicarse el viernes 20 de noviembre en Mónaco.
Estos expertos son un equipo de médicos que incluye un endocrinólogo, un ginecólogo, un especialista de medicina interna, uno de género y un psicólogo. La IAAF no ha confirmado ni negado los informes de prensa internacional de que Semenya tiene órganos sexuales masculino y femenino.
Tanto la familia de Semenya como amigos dijeron en agosto pasado que ella es mujer. Los sudafricanos reaccionaron indignados por el hecho que se publicitó la investigación de la Federación Internacional de Atletismo.
Ante esto, Semenya dijo que solo quiere entrenarse con sus compañeros en Sudáfrica.
“Todos me aceptan”, indicó. “Saben quién soy. Para estos muchachos solo soy Caster. Me siento bien con ellos”, agregó la deportista.