Un hongo que afecta la piel de las ranas tiene en peligro de extinción a varias especies de anfibios en las zonas montañosas de Colombia y se teme que acelere la desaparición de otras, aseguró el herpetólogo Andrew J. Crawford, en días pasados.
Las ranas arlequín son las más susceptibles al patógeno Batrachochytrium dendrobatidis u hongo quítrido, que llegó a Colombia de Ecuador y Venezuela en la década del noventa, pero cuya presencia se detectó recién en zonas montañosas.
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Crawford indicó que las investigaciones que se han realizado señalan que el hongo es poco virulento en las tierras bajas y, por el contrario, en las temperaturas frías de montaña crece mejor y se vuelve peligroso. “Por ejemplo, cerca de Quito, en tierras altas de Ecuador, desaparecieron muchas especies y un grupo de ranas (arlequín) parece más susceptible”, dijo el biólogo del Círculo Herpetológico de Panamá y del Smithsonian Tropical Research Institute Panamá.
Las investigaciones realizadas hasta el momento no permiten determinar si el hongo interfiere con el proceso natural de respiración de las ranas y la osmorregulación del aire y la humedad en la piel, o si, por el contrario, es toxina.
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“No todos los anfibios mueren con la infección; algunos pueden tenerla sin síntomas, pero la mayoría sí los tienen y la rana puede morir en pocos días”, advirtió el experto.
Los primeros registros del hongo en Colombia se consiguieron en 1994, cerca de la ciudad de Cali (en el suroeste), pero ha avanzado y ya se detectó cerca de la capital colombiana y en las zonas montañosas.
El biólogo agregó que la extinción de anfibios en Centro y Sudamérica se debe, además de las enfermedades propias como el hongo quítrido, al cambio climático, a la degradación del hábitat, a las especies invasoras y a la contaminación. Añadió que en Sudamérica se encuentran de manera frecuente nuevas especies de anfibios, pero a la vez otras desaparecen.