Convertirse en estrella de rock, sacudir la cabeza a medida que fluyen las notas musicales y hacer malabares con su guitarra colgada al cuello ha sido el sueño frustrado de Michael López, de 23 años, quien durante cinco ha intentado –sin suerte– integrar una banda. Su aspiración ha quedado en segundo plano, dice, con el videojuego Guitar Hero, que le permite exponer sus dotes de músico.
Al igual que él, otros jóvenes y niños, y hasta adultos, se sienten como “verdaderos artistas con solo aplastar las teclas de una guitarra de juego”, afirma Gabriel Ordóñez, de 21 años, fanático del simulador para consolas de Play Station 2, 3, Xbox 360, Nintendo DS y Wii.
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El juego, que el pasado jueves presentó su reciente versión Guitar Hero World Tour (con batería, micrófono y bajo y la posibilidad de grabar sus propias canciones), fue desarrollado por Harmonix Music Systems y distribuido por Red Octane y Activision en EE.UU., en noviembre del 2005. Al país llegó a mediados del 2006, aunque para esa fecha algunos fanáticos como Fernando Plaza ya lo habían conseguido.
“Pedí de regalo un viaje a EE.UU. solo para comprarlo. He tenido las versiones II, III y Aerosmith y ahora espero el World Tour”, cita el estudiante de marketing, de 26 años.
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Grupos y cantantes como Aerosmith, Ozzy Osbourne, Metallica, Oasis, Rolling Stones, Red Hot Chili Peppers, Santana, Foghat, Mountain, Alice in Chains, Pearl Jam, entre otros, han cedido los derechos de sus canciones para este videojuego, lo que les ha reportado un aumento del 200% al 300% de ganancias, en relación con la venta de sus discos.
En la ciudad, los locales Mundo Virtual del c.c. Mall del Sol, y Gamemart del c.c. San Marino tienen el producto, así como el simulador Rock Band (que incluye batería, micrófonos, bajo y guitarra) y sus accesorios.
Guitar Hero III: Legends of Rock, la versión más demandada en el país, cuesta $ 199 (incluye guitarra y juego), y el Rock Band, $ 390, en ambos locales, sin la consola. También se encuentran otros accesorios como carcasas de colores para los instrumentos musicales, adhesivos y cargaderas.
“Desde mayo pasado hay más fanáticos que llevan el juego completo, porque otras personas solo adquirían el CD, que cuesta entre $ 18 y $ 35”, asegura María Gracia Fuentes, del local Mundo Virtual. Cuenta que, incluso, les fue muy bien en un torneo que organizaron con Mall del Sol, el mes pasado, donde eligieron al mejor jugador de Guitar Hero de entre 200 inscriptos.
Pero la afición por el videojuego musical no solo llega a los hogares, también se ha desplazado a bares de la urbe como Soho Pub, que permite a sus asistentes todos los jueves disfrutar del simulador. “Vienen en grupo, tocan y hasta cantan. Ha tenido bastante aceptación”, menciona Helmut Jeremías, propietario del establecimiento.
La web también es otro sitio donde se publicitan los fanáticos del videojuego como Joshua Mero, de 19 años, un baterista profesional que busca músicos para formar una agrupación. “Lo más difícil es buscar al vocalista, pero espero encontrarlo pronto. Este juego me encanta porque me permite tener mayor agudeza musical y más flexibilidad en movimientos de dedos y manos para tocar una guitarra real”, relata.
Ordóñez y Vicente Santos, el último de 18 años, coinciden en que el juego les ha dado mayor movilidad en los dedos. “También hemos tocado la guitarra real basándonos en la ubicación de las teclas de colores y nos han salido parte de canciones”, añade Santos.
El simulador también conquista a adultos, como Cristina Herrera, de 40 años, quien se reúne los fines de semana con sus amigas e hijos para jugar.