La venta a último momento al Manchester City inglés del brasileño Robinho y la imposibilidad del Real Madrid de encontrarle reemplazante antes de terminar el plazo de pases del verano boreal, ilustran la desastrosa campaña de fichajes del club merengue para la temporada 2008-2009.
Nadie --salvo el holandés del Hamburgo Rafael van der Vaart-- quiso venir este verano (boreal) al Real Madrid. La prioridad era el delantero portugués Cristiano Ronaldo, presionado por sir Alex Ferguson para quedarse, como lo hizo, en el Manchester United.
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Un primer rechazo que fue seguido por dos campeones de Europa españoles, Santi Cazorla (Villarreal) y David Villa (Valencia), revalorizados en sus clubes o afectados por haber sido elegidos como plato de última hora, o ambas cosas juntas.
Cristiano Ronaldo era el deseo y capricho del presidente Ramón Calderón, mientras que Cazorla y Villa eran las pretensiones del técnico alemán Bernd Schuster.
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El alemán quería mantener en sus filas a Robinho, hasta que el brasileño dijo a la prensa en Madrid el domingo: "Schuster no es mi padre", por lo que no podía "obligarlo a nada".
El Real Madrid aceptó entonces dejar partir a uno de sus mejores jugadores y vendérselo al Manchester City, en lugar del Chelsea soñado por Robinho. Real Madrid eligió la mejor oferta: City pagó 40 millones de euros por el brasileño (más 2 millones por resultados), por el contrario, el Chelsea nunca quiso llegar tan alto.
"El chico estaba mal", dijo Calderón al programa El Larguero de la Cadena Ser la noche del lunes. "Robinho tiene un problema moral más grave de lo que pensamos", añadió. "Hablé con él varias veces y lloró físicamente pidiendo dejar España", añadió.
Su alejamiento del Real Madrid "no fue solamente por razones deportivas", sino que hay algo más "que no entiendo", dijo Calderón.
Esto explica porqué el Real Madrid, club riquísimo con 31 Ligas y nueve Ligas de Europa, no pudo encontrar un sustituto digno a Robinho a pesar de que su pase estaba en el aire desde hace tiempo.
El club merengue --sobre todo Calderón-- se obstinó en fichar a Cristiano Ronaldo y luego cometió el mismo error con David Villa. El Real Madrid habría vuelto a insistir el lunes por la noche por el delantero del Valencia, con una vana oferta de 60 millones de euros.
El gran perdedor en este caso fue Schuster, el técnico alemán que había reclamado refuerzos en los puestos de ataque durante el periodos entre dos temporadas, pero el director deportivo Pedja Mijatovic no le prestó atención.
Schuster reconoció el domingo tras la derrota en La Coruña ante el Deportivo (2-1), en el arranque de Liga, que no había visto en su banquillo de suplentes a ningún delantero para invertir el curso del partido.
El público del estadio de Riazor le sugirió, en cambio, algunos nombres: "¡Que entre Villa!", "¡Que salga Cazorla!".