En la edad escolar casi todos los menores son inquietos y distraídos.
A menudo algunos padres etiquetan a sus hijos de hiperactivos cuando realmente son inquietos, lo que es normal en la edad escolar. Según psicólogos consultados, este diagnóstico apresurado puede influir en el comportamiento del niño y causarle un verdadero trastorno de conducta.