El ex futbolista brasileño Renato Gaúcho anunció el viernes que abandona el cargo de técnico del Vasco da Gama de Rio de Janeiro, en el cual milita el veterano artillero Romario, cuya lucha por alcanzar los 1.000 goles ha marcado el pobre desempeño del equipo.

Gaúcho,amigo de Romario, anunció con lágrimas su alejamiento del Vasco en una rueda de prensa en la sede de Sao Januario, tras permanecer un año y nueve meses al frente de los cruzmaltinos, pero sin ganar cetros.

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"Salgo triste, pero orgulloso. En este momento del fútbol brasileño, es muy difícil que un entrenador permanezca durante casi dos años en un club grande como el Vasco", señaló Gaúcho al comparecer al lado del presidente vascaíno, Eurico Miranda.

"Me voy con la conciencia limpia por mi trabajo, aunque frustrado por no haber conseguido títulos", acotó.

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Si bien el ciclo de Gaúcho con el Vasco no fue malo y tuvo momentos lucidos, el no haber ganado ningún campeonato y los últimos partidos que  marcaron la eliminación de la Copa Rio -segundo turno del Campeonato Carioca- obligaron al entrenador a dar un paso al costado.

Para Miranda no hay reproches para Gaúcho. No fue despedido, dijo, sino que se trata de una decisión por consenso, atendiendo su carrera porque la "sociedad" creada no estaba dando frutos.

"Hubo consenso. Yo no despedí a Renato, me gusta mucho. Pero preocupados por su futuro profesional, que es promisorio, preferimos darle un tiempo. Igual tiene las puertas abiertas en Vasco", dijo.

Miranda aclaró que "aún no comenzamos a manejar nombres de sustitutos", aunque medios locales citan al ex Corinthians, Antonio Lopes.

Para muchos comentaristas, la insistencia del club y de Gaúcho por mantener a Romario en el campo para que pueda lograr en los últimos juegos su milésimo gol incidió negativamente en el desempeño del equipo y agrandó rivales.

El miércoles su equipo perdió por penales el pase a la final de la Copa Rio tras empatar 4-4 el clásico ante Botafogo, pero Romario no lució ni marcó.