El diálogo con el ex árbitro FIFA, Javier Castrilli, se inicia a ritmo musical. “Y como dice un tango: ‘todo cambia, todo cambia’...”, recuerda el juez gaucho. Esa es la primera expresión que indica lo que él piensa para, de manera inevitable, comentar en su breve visita a Guayaquil, un tema de coyuntura: la violencia en los estadios, en el torneo argentino, en el fútbol en general.

Para toda esa problemática actual, en la mente de Castrilli se bosqueja la solución, el cambio: “educar: construir al hincha del futuro”.

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Tras su retiro como juez, Castrilli comenzó a trabajar en las políticas de seguridad en Argentina. Su función actual es de subsecretario de seguridad de espectáculos deportivos del Ministerio Interior de Argentina (Buenos Aires).

La reciente medida tomada en el balompié gaucho de prohibir el ingreso de hinchas visitantes a los partidos hasta finales del año, es calificada por Castrilli “como medida de carácter temporal para solucionar un problema coyuntural de urgencia. Pero no aportan una solución de fondo. Conceptualmente no es lo que nosotros queremos”.

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Y de manera inconsciente, Castrilli parece recordar el estribillo de ese tango. “Nosotros estamos trabajando en el sistema educativo, que es medular. Entregarle al universo docente (maestros), que están en contacto cotidiano con los chicos, herramientas para que trabajen contra la violencia, discriminación, xenofobia, racismo. Eso es fundamental, porque se está aportando a largo plazo. Necesitamos construir ese hincha del futuro”.

El Justiciero, como fue llamado en su época de árbitro, también proyecta cómo sería ese cambio. “Tenemos que imaginarnos cómo tiene que ser ese partido de fútbol y trabajar con nuestros hijos, nietos, nenes. Para eso hay que penetrar celularmente en la sociedad, en la población para que esas conductas, esas prácticas se vayan transformando”.

Castrilli también habla del concepto teórico del ‘reconocimiento del otro’, porque en el fútbol siempre hay sentimientos que se contraponen.
“Queremos tener escenarios donde se pueda compartir en armonía con aquel que piensa distinto y eso se logra con la presencia del otro, no eliminando al otro ni excluyéndolo. En el fútbol, necesitamos del otro.
Extrañamos ese espíritu festivo, compartir al lado del que siente distinto, del que tiene otro color divisa. Estoy totalmente convencido de que es posible lograr el cambio”.

Por eso Castrilli, quien años atrás había advertido al hincha ‘que se porte bien o sino se jugaría sin público en los estadios’, no considera como medida radical ni permanente que en los escenarios se juegue solo con afición local.

Aunque reconoce que en el presente esas disposiciones son necesarias. “Es un largo proceso. Ahora no existen las medidas mágicas y únicas que terminan con esto (la violencia). No se puede esperar que el cambio llegue de la noche a la mañana. Hay que construir una política para ahora y para el futuro”.

Para el ex juez argentino el tema de la violencia en el fútbol trasciende internacionalmente, pero aclara que “para cada país, incluso para cada ciudad, es necesario un diagnóstico individual. No todos tenemos la misma idiosincrasia ni costumbres”.

Aunque sugiere como medidas inmediatas “la creación de una policía especializada en eventos deportivos, la transformación de la infraestructura de los estadios para un mejor control, planear los partidos con mucha anticipación.

EL JUSTICIERO
Javier Castrilli, de 49 años, se inició como árbitro en Argentina en 1978. Dirigió torneos internacionales como el Preolímpico Sudamericano de 1992; el Mundial Juvenil de 1993, en Japón; Mundial Juvenil en Qatar de 1994; la Copa América de Uruguay en 1995; el Preolímpico Sudamericano en Mar del Plata, en 1996; la Copa Rey Fahd de 1997 en Arabia Saudita; la Copa del Mundo de Francia de 1998 (pitó Arabia Saudita vs. Dinamarca y Croacia vs. Rumania, en octavos de final).
Luego de este Mundial se retiró.

Del 2000 al 2002 fue presidente de la Comisión de Investigaciones sobre Seguridad en Espectáculos Deportivos de la Provincia de Buenos Aires.
Desde el 2003 es Subsecretario de Seguridad de Espectáculos Futbolísticos de Buenos Aires.