Las fiestas de la Semana Santa polaca se han visto empañadas por la preocupación por el delicado estado de salud del Papa, y ayer a los ritos del Domingo de Resurrección se sumaron a las plegarias por su recuperación.

Las tradicionales visitas a la iglesia para bendecir la cesta con algunos de los componentes del desayuno pascual, en particular los huevos pintados, y ver las simbólicas tumbas de Jesús (cada una con un mensaje) creadas por párrocos y fieles, tuvieron una dimensión más con las oraciones por la salud de Karol Wojtyla.

Publicidad

Los polacos temen lo peor, aunque están seguros de que el Papa, con el temple que tiene, resistirá y superará la crisis que padece.