El Papa Juan Pablo II apareció desde su capilla privada del Vaticano a través de un circuito cerrado de televisión ante miles de creyentes que asistían este viernes al Vía Crucis nocturno alrededor del Coliseo de Roma que conmemora la crucifixión de Cristo.
El Papa estaba sentado, fue filmado de espaldas y tenía una estola litúrgica como señal de que participaba en la ceremonia.
El pontífice no pronunció palabra alguna y seguía el rito a través de una pantalla de televisión.
"Queridos hermanos y hermanas, estoy espiritualmente con ustedes en el Coliseo, un lugar que me trae muchos recuerdos y emociones", confió el Papa en un mensaje leído por el cardenal Camillo Ruini al inicio de la ceremonia.
"Estoy también cerca a todos aquellos que en estos momentos padecen sufrimientos. Rezo por cada uno de ellos", agregó.
"Ofrezco yo también mis sufrimientos para que el diseño de Dios se cumpla y su palabra haga su camino entre la gente", aseguró en la misiva.
"Cruz, única esperanza", afirmó en la conmovedora oración en la que pide: "Danos paciencia y valor y otorga la paz al mundo".
El mundo entero pudo ver en directo las imágenes del Papa desde su capilla privada del palacio apostólico ya que la procesión fue transmitida en directo por 54 cadenas de televisión de 39 países.
Al Vía Crucis, que comenzó a las 20H15 GMT, asistían miles de fieles, entre ellos muchos jóvenes, religiosos, monjas y turistas que oraron y marcharon con antorchas en sus manos alrededor del monumento romano pese al frío que reinaba en la ciudad eterna.
Por primera vez en su pontificado, el Papa no pudo asistir físicamente a la conmovedora procesión nocturna y siguió atentamente la ceremonia a través de medios tecnológicos, según las varias conexiones hechas por los canales de la televisión pública italiana que mostraban al pontífice de espaldas y de costado desde la amplia capilla adornada con flores blancas.