El delantero argentino Carlos Tévez, del Corinthians de Sao Paulo, está ganando antipatías entre varios de sus colegas brasileños, que se suman a las críticas generadas a partir de que su club contrató a varios compatriotas suyos, ahora todos examinados bajo lupa.
Tévez, quien mantiene escaso contacto con la prensa local debido a sus dificultades para hablar portugués, protagonizó algún incidente y emitió comentarios polémicos, por lo que ha sido atacado por jugadores y técnicos de otros clubes, pero también del propio.
En la prensa local se destacó este miércoles que al ser consultado sobre la lista de diez mejores jugadores de fútbol de la historia, Tévez incluyó como los principales a sus compatriotas, el ex astro Diego Maradona y al volante del Villarreal español Juan Román Riquelme, lo que ha enfurecido a los medios y colegas.
"Para mí, Maradona y Riquelme. Ninguno más. Por lo menos para mi", señaló Tévez.
El diario especializado Lance! dijo que "ya Tévez sorprendió al dejar a (el ex astro brasileño) Pelé atrás de otro argentino, Riquelme, de Villarreal, en su escala de grandes atletas de fútbol".
Tévez ha ganado enemigos dentro de la cancha no solo por los celos que le han convertido en el jugador mais badalado (más celebrado) y preferido del empresario iraní Kia Jaraabchián (de la británica Media Sports Investment, asociada con Corinthians), sino por sus actitudes.
El jugador Magrao, del Palmeiras --tradicional rival del Corinthians y adversario el domingo en el clásico--, criticó a Tévez y defendió al compañero de éste, el atacante Gil, señalando que "Tévez no hizo nada cerca de lo que Gil ya hizo por el Corinthians" y resaltó a otros, "pero todo el mundo solo habla de Tévez".
Gil abandonó su silencio tras ser desplazado a la reserva y agradeció a Magrao, al destacar que quedó "muy feliz" por el apoyo, pero también aprovechó para arremeter contra Carlitos : "tengo cinco años en Corinthians, Tévez tiene tres meses. Jugué siete finales, gané cinco. Se él se queda cinco años, podemos comparar", dijo.
Además protestó porque mientras él tuvo que vestir pantalón al viajar hace una semana a Maringá (Paraná, sur) para la humillante derrota 3-0 ante el Cianorte, por la Copa Brasil, Tévez lo hizo de bermudas.
Sin embargo, Tévez dijo este miércoles tras una práctica: "no tengo privilegios. Me pagan para jugar al fútbol y no para dar entrevistas. Quiero concentrarme solo en mi trabajo", al tiempo que elogió la capacidad de Gil, a quien algunos dirigentes acusaron de no pasarle la pelota al argentino.
También, Tévez generó polémica con una pelea con otra de las estrellas del equipo que dirige el argentino Daniel Passarella, el volante Carlos Alberto, quien le dio una trompada luego que Carlitos derribó con violencia a un compañero en una práctica.
Otro que se sumó a las críticas contra la preferencia por Tévez y el exceso inicial de elogios para los argentinos fue Emerson Leao, ex seleccionador de Brasil y hoy DT del Sao Paulo, que estaba en Buenos Aires para el partido que su equipo jugaba por la Copa Libertadores ante Quilmes la noche del miércoles.
"Nosotros (los brasileños) le damos moral a los argentinos. Vean si ellos quieren saber noticias sobre Brasil. Nosotros hacemos que los atletas de ellos valgan 20 millones de dólares (en referencia al pase de Tévez desde el Boca Juniors)", protestó Leao.
Cuando Corinthians jugó uno de los clásicos paulistas, ante Santos, la prensa lo presentó como un duelo entre el crack local Robinho y Tévez, Brasil ante Argentina. Terminó 3-0 a favor de los santistas y las críticas pegaron duro contra Tévez, con la balanza inclinada para Robinho, elogiado como "mejor jugador".