Aunque para casi todos los jugadores constituye un sueño que muy pocos logran materializar, Emerson señaló que no desea jugar por el Real Madrid, a pesar del acuerdo a que habría llegado la Roma con el club español.
El jugador brasileño calificó de "extraño el acuerdo de los dos clubes" y se preguntó ¿por qué no me informan primero a mí?, en una entrevista publicada el miércoles por la Gazzetta dello Sport.
Explicó que le parecía extraño porque cuando había tomado contacto en enero pasado con varios clubes, al Real le pareció excesivas mis pretensiones económicas y por eso ahora no me explico por qué ha cambiado de idea.
Expresó que su representante había tomado contacto además con el Barcelona, el Chelsea, el Inter y Juventus.
"La Juve fue clara desde el inicio y se conquistó así de inmediato mi confianza y yo quiero jugar en este club".
Entre Roma y Juventus existen desde siempre malas relaciones, sobre todo entre su presidente, Franco Sensi, y los dirigentes de la Vecchia Signora.
Estas relaciones empeoraron a raíz de que Juventus contrató a su entrenador, Fabio Capello, a quien sus ex tifosi, que odian apasionadamente al club de Turín, lo calificaron de traidor.
Roma desea, por este motivo, vender al centrocampista brasileño al Real Madrid para no reforzar además a sus adversarios.
"No es culpa mía si no hay buenas relaciones entre Roma y Juventus, la mía es solo una decisión profesional, no puedo hacer nada frente a ciertas rivalidades históricas", dijo Emerson.
Expresó su deseo de que "Juve y Roma lleguen a un acuerdo lo antes posible; espero que me dejen irme, no pido nada más".
Capello, que será de nuevo su entrenador si la operación se concretiza, lo considera el mejor centrocampista del mundo.
En una conferencia de prensa del 9 de noviembre del 2003, afirmó: Emerson es el centrocampista más fuerte del mundo, pero para no exagerar, digo que está entre los tres primeros.
Emerson, 28 años, jugó su primer campeonato en el Gremio de Brasil, en 1997 se transfirió al Bayer Levurkesen de Alemania y en el 2001 llegó a la Roma, en que fue determinante en la obtención del scudetto ese mismo año.