Un hombre cauteloso recupera el nivel del balompié cafetero.
Hablar de Reinaldo Rueda es hacerlo de un estudioso, de un hombre graduado de técnico en la Universidad de Colonia, Alemania, y de un estratega con mucho conocimiento sobre las divisiones menores.
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Muchos se pueden engañar porque en las prácticas aprecian a un individuo parco, sin frases célebres como sus predecesores Francisco Maturana, Javier Álvarez y el mismo Hernán Darío Gómez. Pero lo que no tienen muy claro es que ese estratega de bajo perfil sabe leer muy bien los partidos. Es preciso a la hora de las valoraciones de sus elementos y su táctica tiene más herencia europea que latinoamericana.
A diferencia de Maturana, quien se mantiene en que “perder es ganar un poco”, y de la característica frase de Gómez “hay que jugar con papa y yuca”, el técnico Rueda se apoya en el buen momento de los jugadores y en la excelente selección para conformar grupos competitivos que arrojen buenos resultados.
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A diferencia de los entrenadores tradicionales de este país, caso Pacho y Bolillo, Reinaldo pertenece a una escuela alemana. Dinámica, potencia, velocidad, tenencia de balón y fuerza son las palabras clave en la estrategia que monta para cada compromiso.
El que no exista en la selección de Colombia un 10 definido, como lo fueron Carlos Valderrama y Giovanni Hernández para Pacho, no es un problema para Rueda porque es un hombre ingenioso y sabe parar tan bien a sus volantes que sus equipos lucen ofensivos así no haya un hombre con la responsabilidad de poner pases gol a los delanteros.
Si bien sus laterales salen poco, porque tienen más obligaciones de marcar que de proyectarse, la Colombia de Reinaldo Rueda luce muy compacta, porque dos de los tres volantes de primera línea terminan siendo carrileros y juntándose con los dos ocho que pone para sumar, al lado del único hombre en punta que siempre ubica, atacando hasta con cinco elementos.
El que dude de los resultados de este sistema táctico de 4-3-2-1, que acuda al video del partido frente a Perú y se encontrará con que los encargados del gol fueron dos ocho como Frankie Oviedo y Fredy Totono Grisales.
Con este esquema Rueda ha conseguido cosas importantes para el país y se ha ganado el respeto de sus colegas, así sus resultados hayan sido más de selecciones que de equipos, en los que no le fue bien pese a la cantidad de jugadores que se proyectaron por su visión.
“Sé que es una responsabilidad muy grande porque así el equipo esté de colero el país espera mucho del combinado patrio y sueña con ir al Mundial de Alemania 2006. Sin embargo, esto es un orgullo para mí, algo que siempre había soñado y con base en una buena valoración y motivación del grupo vamos a tratar de colmar las expectativas del país. En las dificultades es donde uno puede demostrar que tiene capacidad, más cuando Colombia cuenta con un gran potencial en todas sus categorías”, dijo Reinaldo Rueda cuando se puso al frente de la Selección absoluta.
Y sus palabras no fueron por salir del paso, porque cuando llegó Colombia ocupaba el último lugar en la eliminatoria sudamericana, no había ganado ningún partido, había perdido en Barranquilla con Venezuela y tenía la moral por el piso. El reto era arrancar con pie derecho y, pese a los problemas para contar con sus convocados, se las ingenió para motivar y ubicar tan bien a sus jugadores que le ganó a Perú en Lima y empezó a ilusionar a un país que venía de capa caída por la pobreza futbolística que se vivió en la última etapa de Pacho Maturana.
Como no ocurría hace mucho rato (pese a que en la Copa América del 2001 se vivió algo similar con Maturana), en este momento el país rueda en torno a Reinaldo. Después de muchos años no hay divisiones, se cree mucho en su trabajo, su carisma para manejar el grupo convence a todos y hace que los detractores, que son pocos, se queden sin peso cuando quieren sembrar el caos ante un hombre cauteloso, estudioso y dispuesto a hacer historia con su fútbol.
* Periodista deportivo de Diario EL COLOMBIANO
¿Quién es el DT?
Reinaldo Rueda Rivera nació el 16 de abril de 1957, en Cali. Mide 1.78 mts., pesa 83 kilos.
Se graduó como técnico de fútbol en la Universidad alemana de Colonia, y antes de estar en las selecciones juveniles cafeteras, dirigió sin éxito a los clubes Cortuluá (94-97), D. Cali (97-98) y D. Independiente de Medellín (2002). El éxito lo consiguió en el 2003, cuando la Sub 20 fue al Mundial de Emiratos Árabes Unidos, donde ganó bronce al vencer a Argentina 2-1 y cerrando así la mejor actuación cafetera en un evento juvenil de la FIFA.
Además, fue campeón del Torneo Esperanzas de Toulon, Francia, en el 2000, y segundo en el 2001. En el 2003 estuvo en el Sudamericano Sub 20 de Uruguay, Esperanzas de Toulon, Francia, y en los Juegos Panamericanos. Antes de dirigir en las eliminatorias al 2006, fue técnico encargado de la selección colombiana de mayores en cuatro amistosos en el 2002. En Caracas empató a 0 con Venezuela; en San José de Costa Rica venció 2-1 a la selección de ese país; en México perdió 2-1 con los aztecas y en San Pedro Sula cayó 1-0 ante Honduras.