En estos últimos tiempos cuando las instituciones que rigen los destinos del país toman decisiones, estas nos dejan mudos, sin entender qué pasa en el fondo; por ejemplo, esa decisión de cambiar las urnas metálicas para receptar los votos en las próximas elecciones, por urnas de cartón, trae por sí sola una serie de incógnitas.

La urna metálica y el candado dan seguridad, este material con el maltrato se podría deformar pero no romper; no es combustible, es impermeable y por lo tanto su contenido en el interior llega intacto a su lugar de destino.

Esas características no las tiene el cartón, al contrario es de fácil combustión, permeable y no garantiza en lo absoluto la seguridad, poniéndonos a los ecuatorianos una vez más en el dilema: ¿Será por ahorrar? ¿Tendrán una fábrica de cartón? ¿Qué hacemos con esos cartones terminadas las elecciones? ¿Para la segunda vuelta habrá que comprar más cartón?

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Señores miembros del Tribunal Supremo Electoral, busquen mecanismos transparentes en los procesos electorales. Ahorren en gastos, y que no se meta mano en la seguridad y protección de los votos.
Ing. Ind. Pablo Jarrín Reinel
Guayaquil