El seleccionador español de fútbol, José Antonio Camacho, ha soplado esta mañana las velas de una tarta en su cuadragésimo séptimo cumpleaños ante los medios informativos en la carpa de prensa instalada junto al hotel del equipo.

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Los representantes de los medios de comunicación españoles quisieron tener un detalle con el técnico en su cumpleaños, y además de la torta, le entregaron una corona de flores, como suelen hacer las autoridades locales coreanas a la llegada de las selecciones, y un hanbok, traje de lujo típico coreano.

Este traje, que antes de la introducción de la vestimenta occidental era de uso diario, consta en el caso de los hombres de chougori (chaqueta) y de paji (pantalón), que se sujeta con un cinta alrededor del tobillo, mientras las mujeres usan el chogori (chaquetilla corta) y una falda larga llamada chima.

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Los medios insistieron a Camacho para que se pusiera al menos la "chougori", pero el técnico se resistió, ya que dijo que era más para usar en la intimidad.

Camacho, poco amigo de exteriorizar sentimientos, agradeció el gesto de los informadores y bromeó con frases como "qué alegría hay cuando se gana" o "espero que os portéis duramente cuando las cosas vayan mal".

Es una prueba de que la felicidad reina en España después de convertirse en el primer equipo clasificado para los octavos de final del Mundial 2002, con os victorias por el mismo resultado de 3-1 a Eslovenia y Paraguay.

El seleccionador español descorchó una botella de cava y, al estilo de la entrega de premios en el Mundial de Fórmula Uno o de Motociclismo, agitó el recipiente y roció con el líquido de las burbujas a todos los que tenía cerca.

Camacho, en cambio, ha pedido dentro de la concentración de la selección que no se haga ningún tipo de celebración durante el almuerzo y que en todo caso se espere a la noche.

Habitualmente, la Federación entrega un reloj y una torta a los que cumplen años cuando está reunido el equipo nacional.