Esmeraldas es una de las provincias con mayor índice de pobreza a nivel nacional y como muestra de ello, según los reportes del INEC, actualmente la provincia mantiene una tasa de pobreza por ingresos del 52,9 %, en la que se miden los gastos del hogar con el valor de una canasta mínima de pobreza, mientras que la misma tasa a nivel nacional en promedio es del 28,8 %. Esto, a breves rasgos y con una interpretación a priori, implica que una persona pobre en Esmeraldas es casi el doble de pobre que en cualquier lugar del país. Podríamos mencionar que ser el doble de pobre es carecer de la mitad de las oportunidades que un ecuatoriano promedio tendría, pero me atrevo a aseverar que esta realidad es aún más dura de lo que las estadísticas nos indican.

Dos estudiantes que regresaban de clases fueron baleados en barrio de Esmeraldas

Mencionando otro ejemplo, respecto a la pobreza extrema de acuerdo con el INEC, el 25,3 % de los esmeraldeños sobreviven en la pobreza extrema, mientras que el promedio del país ronda el 10 %. Si hablamos de la tasa de desempleo, la provincia cerró el 2022 en primer lugar con un 9,1 %, inclusive mucho más que Pichincha; Guayas y otras ciudades, a las cuales se nutre económicamente con la actividad petrolera de empresas como Flopec, Refinería Estatal Esmeraldas, entre otras. Cabe destacar que los derrames sí se quedan en Esmeraldas.

Hoy en día ocurre un fenómeno muy particular que a la par de la violencia ahondará esta dura crisis social y económica, teniendo como consecuencia directa el aumento de la pobreza extrema, el subempleo y el empleo no adecuado. Las universidades de la provincia ofrecían carreras técnicas como mecánica, electricidad, sistemas, informática y algunas de tipo administrativo como contabilidad, administración de empresas, entre otras. Estas carreras estaban diseñadas para permitir a los futuros profesionales estudiar en la noche y por la mañana y tarde, aprovechando la luz del sol, poder trabajar en diversas actividades que les servían para poder llevar el sustento al hogar y de esta manera también costear sus gastos académicos. Puntualmente las carreras se desarrollaban de 18:00 a 22:00, permitiendo a los estudiantes insertarse en el horario laboral de 08:00 hasta las 17:00.

La Senescyt y las demás instituciones del Estado deberían normar y emitir informes sobre este caso (en Esmeraldas)...

Por motivos de preservar la seguridad y la vida, las universidades esmeraldeñas se han visto obligadas a desarrollar sus actividades desde las 13:00 hasta las 17:00. Es decir, se elimina el horario nocturno y con esto la posibilidad de que los estudiantes universitarios puedan trabajar. Esto implica un duro golpe a la economía de las más de 400 familias que pasan por este suceso. Pero también tiene una consecuencia gravísima, que es la deserción universitaria, es decir, los jóvenes ya no se preparan académicamente para permitirse un futuro más próspero.

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La Senescyt y las demás instituciones del Estado deberían normar y emitir informes sobre este caso que hoy es particular de Esmeraldas, pero que dentro de poco tiempo se extenderá a territorios como Guayaquil, Manabí, Quevedo y las demás ciudades y provincias del país. ¿Cómo afectará esto en la economía de las ciudades en crisis? ¿Qué harán las autoridades de educación y seguridad para evitar este fenómeno? (O)