El Clásico del Astillero no fue, como partido de fútbol, inolvidable ni maravilloso. Para nada. No es verdad. Hubo, eso sí, una enorme expectativa, que es la que se genera siempre antes de un enfrentamiento entre Emelec y Barcelona SC. El compromiso fue jugado con mucha intensidad y mucha actitud, de eso no tengo ninguna duda. ¡Pero por Dios, en el orden futbolístico el nivel fue muy pobre!

Fue muy luchado el primer Clásico del Astillero del 2024, pero jugado con un nivel paupérrimo. Hubo muy pocos jugadores que se destacaran plenamente. Tan cierto es esto que se dice que el mejor futbolista de la cancha fue el guardameta Pedro Ortiz porque le paró un tiro penal a Damián Díaz, quien por cierto ejecutó mal la falta.

Hernán Torres, entrenador de Emelec, reconoce que a él se le hace imposible generar fútbol con la materia prima que tiene. Está diciendo el colombiano que no puede crear más fútbol del que muestran hoy los eléctricos. En tanto, lo exhibido por Barcelona SC fue producto de la mezcla de todas sus recientes improvisaciones: un técnico entre semana para que dirija en la Copa Libertadores (Germán Corengia), y luego otro interino (Segundo Alejandro Castillo) para conducir el Clásico del Astillero.

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El encuentro en el Capwell dejó claramente establecido que Barcelona SC tiene materia prima -para usar el término empleado por Torres- como para que el recién llegado DT argentino Ariel Holan recupere al equipo canario, desde lo futbolístico. Pero en el caso de Emelec la cosa está cuesta arriba, porque no tiene jugadores que puedan marcar diferencias en el futuro.

De los elogios al encuentro disputado en el Capwell, no entiendo cómo se pueden valorar técnicamente los partidos por la emoción que generan. Uno va a los estadios a presenciar un espectáculo de fútbol y lo que menos dieron Barcelona SC y Emelec fue eso. Los aspectos que uno desea que sobresalgan son, entre otros, las grandes jugadas colectivas, el manejo de los tiempos, la generación de fútbol. En el clásico no hubo nada de eso, de parte de ninguno de los dos equipos del Astillero.

En Barcelona SC solo hubo jugadores individualistas que intentaron aprovechar la pantalla tan importante del Clásico del Astillero para lucirse, recuperar su nombre futbolístico internacional, o yo qué sé qué otras cosas. Ninguno de los dos planteles mostró fútbol. Desafortunadamente, luego de cada choque entre toreros y eléctricos nos estamos acostumbrando a repetir que con la emoción es suficiente.

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En otro orden, hay que agregar que el cuerpo arbitral no tuvo el mejor desempeño. Se insiste en designar al juez Augusto Aragón, pero este señor lo que hace cuando dirige es dar una clase de exhibicionismo y nada más. A la hora de aplicar las reglas lo realiza muy mal. En la calificación de mal trabajo de Aragón en el Clásico del Astillero incluyo a todos sus colaboradores y a los encargados del VAR. Fue paupérrima la actuación de todos los árbitros del duelo protagonizado por Emelec y Barcelona SC.

Finalmente, los incidentes ocurridos al terminar el partido, como lanzamiento de botellas, violentas agresiones entre aficionados emelecistas, obligó a la Policía Nacional a usar gases lacrimógenos para aplacarlos. Es lamentable que estos hechos sucedan porque el estadio Capwell se llenó por el interés generado; sin embargo, estos son los tiempos que vivimos.

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Me preocupa esta violencia porque aquí no pasa nada. ¡Se dan golpes entre los miembros de una misma barra! Antes esto era inusual en nuestros estadios de fútbol. Llegaron a atacarse entre integrantes de dos barras, entre rivales, pero en la de Emelec se dan golpes ellos mismos. Lo hacen a la entrada al estadio, al medio tiempo y a la salida. Definitivamente, la violencia alcanza en Ecuador a todos los estamentos de nuestra sociedad. (O)