El despertar turístico de Cuenca, no solo la ciudad más bella del Ecuador sino la más cara ($ 808 es el costo de la canasta básica en la Atenas del Ecuador desde mediados de año), es determinante a la hora de evaluar el año que está por terminar.

Solamente en el feriado de noviembre, uno de los más largos del año, pues se juntan el Día de Muertos y las fiestas de Independencia de Cuenca, ambos nacionales, la ciudad recaudó un poco más de $ 40 millones. En esos cuatro días, 261.000 turistas ingresaron y dinamizaron la economía local. Las razones para este despertar principalmente empiezan por el clima de seguridad que ofrece el hermoso valle del Tomebamba, en medio de la ola de violencia y delincuencia que se reporta en otras latitudes, como la provincia del Guayas.

Según la Corporación Municipal, el grueso de los visitantes foráneos proviene de Guayaquil y sus alrededores, donde la inseguridad campea.

A esto hay que adicionar la calidad de la oferta turística en materia de hospedaje y alimentación con una característica especial: el centro histórico de la ciudad fue declarado hace 24 años como patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco; y este viaje de casi un cuarto de siglo ha permitido acondicionar a la Atenas del Ecuador como uno de los principales destinos turísticos nacionales e internacionales.

El nivel de acceso a servicios básicos aporta: según el INEC, en Cuenca la electricidad llega al 99,2 % de la población, el agua potable al 97 %, el alcantarillado al 81,6% y la recolección de basura al 96,5 %.

La Navidad se prende en Cuenca con más de 220.000 puntos luminosos y ‘shows’ de drones en el centro histórico

Henry Rodas, el cuencano que pinta caballos hiperrealistas, es miembro galardonado de la Real Academia de Arte de París

El sistema de salud privado de la urbe es una razón potente para que, además, la ciudad de los cuatro ríos se haya convertido en el sitio ideal para vivir el proceso posjubilación de más de 10.000 ciudadanos extranjeros. También según el INEC, la segunda comunidad de extranjeros más grande radicada en Cuenca proviene de Estados Unidos (16,2 % del total de residentes extranjeros).

Y, para complementar, lo que no dicen las frías cifras estadísticas: el don de gentes del cuencano encargado de atender al ciudadano extranjero y al visitante local. Las delicias de su gastronomía en los cálidos cantones orientales. La belleza embriagadora de la zona lacustre de El Cajas (440 lagunas naturales a disposición de todos); la oferta religiosa y espiritual de sus templos.

La historia comarcana no puede olvidar lo que en materia deportiva significa Cuenca para el Ecuador: nombres de ilustres deportistas cuya representación mayor está, por ejemplo, en los registros de Jefferson Pérez, primer medallista olímpico de la patria. Por partida doble, además.

Evaluación necesaria de todo lo que nos enorgullece a los cuencanos de cepa. Invitación para que todos sean “bien llegados” en esta tierra de la morlaquía, donde la visión local ha pasado a una más cosmopolita. Un buen augurio para que pasemos la hoja de estos tristes años de Gobiernos irresponsables, cuyo desastre se combate desde la acción ciudadana desde lo local.

Vivo en una ciudad que nos enorgullece. Así lo vamos logrando. Así lo seguiremos haciendo: bienvenidos y bienllegados a la hermosa Cuenca de los Andes. (O)