La grave inseguridad en Ecuador, a causa de los carteles internacionales del tráfico de drogas y de su violencia para aterrorizar a la población, en medio de la carencia de recursos estatales, es la oportunidad para crear una Comisión Internacional de lucha contra la impunidad, financiada por países del primer mundo, comprometidos con el combate a las organizaciones transnacionales del crimen organizado.

Las condiciones están dadas con el apoyo nacional al presidente Daniel Noboa (80 % de la ciudadanía aprueba su gestión enfrentando a los violentos), percibido valiente y decidido a jugarse por el país, a diferencia de sus antecesores, que prometieron una Comisión Internacional similar a la CICIG de Guatemala para terminar con la impunidad, y luego se echaron atrás, intentando justificar su incumplimiento en una supuesta falta de interés de las Naciones Unidas para apoyar sus ofertas. Embuste evidenciado cuando la presidenta de Honduras suscribió en diciembre del 2022 con Antonio Guterres, secretario general de la ONU, un compromiso para dotar a ese país de una CICIH, a la fecha en desarrollo.

Ayuda militar

Es muy importante que el presidente Noboa se convenza de que ni al crimen organizado del narcotráfico, ni a los delincuentes que se nutren de los fondos de la contratación pública se los podrá vencer, mientras no se reconstruya la institucionalidad demolida en los 17 años pasados. Esto implica reconstruir el sistema judicial que fue amoldado con legislación y jueces inescrupulosos, para obtener la impunidad de los corruptos y de los capos del crimen organizado; y también regenerar la cultura ciudadana que valore la honestidad e integridad del funcionario público, repudie los logros del dinero fácil, respete la legalidad y no use el atajo para esquivarla. A esa conclusión llegó la sociedad guatemalteca y por ello urgió a su presidente para suscribir en el 2006 el convenio para establecer la CICIG. Este convenio fue calificado de constitucional por su Corte de Constitucionalidad y ratificado por el Congreso.

No al cojudeo

El presidente Noboa puede dejar ese gran legado al país, que la ceguera de sus predecesores Moreno y Lasso nos negó. Tan solo necesita explicarle a la población que la ayuda de una Comisión Internacional de Lucha contra la Impunidad y la Corrupción, que sea independiente, competente, con personal experimentado y financieramente autónoma, es el mejor modelo de cooperación internacional como se demostró en Guatemala. Mecanismo tan exitoso y legítimo en el derecho internacional, que su funcionamiento no se considera una intrusión en los asuntos internos del país. Se trata de asesorar y apoyar a la Fiscalía General del Estado para el ejercicio de su potestad para investigar y perseguir los delitos de las organizaciones criminales transnacionales y los perjuicios al erario; preparar las acusaciones con el mínimo de riesgo de fracaso en los juzgamientos; y evitar filtraciones que hoy por hoy facilitan la evasión de los implicados o culpables. Que no se trata de una cesión de soberanía, cuando los Estados aceptan la colaboración internacional para defenderse de la poderosa agresión del crimen organizado. (O)