Mañana Donald Trump tomará posesión de su segundo periodo -no consecutivo- en la Presidencia de Estados Unidos, en un acto en el Capitolio, en Washington D.C., acto al que están invitados -algo no usual- presidentes de la región: el argentino Javier Milei, el salvadoreño Nayib Bukele y el ecuatoriano Daniel Noboa. También estará Edmundo González, reconocido por EE. UU. como presidente electo de Venezuela.

Respecto a qué significado tiene que vayan estos mandatarios, varios de nuestros columnistas con conocimiento en política internacional dan su opinión sobre el tema:

-Luis Gallegos Chiriboga, excanciller del Ecuador y exembajador en EE. UU.

“Por primera vez en la historia de los Estados Unidos asistirán jefes de Estado a la investidura del presidente de ese país. El Archivo Histórico del Departamento de Estado certificó que no encontró que un jefe de Estado haya visitado Estados Unidos durante la inauguración de un presidente. El presidente Daniel Noboa ha sido invitado a los actos de inauguración del presidente Trump y ello representa una oportunidad de política exterior para el país. La relación con Estados Unidos es multifacética e importante, por lo que es indispensable avanzar la agenda nacional, con pragmatismo y en la defensa de los intereses nacionales.

Los temas más relevantes de la relación se centran en: i) narcotráfico, ya que Estados Unidos es el mayor consumidor de cocaína; ii) seguridad interna, que requiere cooperación con recursos, equipos e inteligencia; iii) financiamiento para el desarrollo, para sacar al 30 por ciento de la población de la pobreza mediante la generación de empleo; iv) migración, ya que hay cerca de dos millones de ecuatorianos migrantes y un significativo número no tiene documentos; v) acceso al mercado estadounidense, sin restricciones; vi) cooperación no reembolsable; vi) energía y electricidad, para evitar otra crisis de racionamientos como la del año pasado; y más.

El secretario de Estado (d), Marco Rubio, ha demostrado su disposición para apoyar al Ecuador en estos difíciles momentos. El presidente Noboa bien haría en buscar ampliar el mecanismo de “diálogo político bilateral ampliado” que el Ecuador tiene con Estados Unidos, para dar estructura y certeza a las negociaciones sobre estos y otros temas de la relación bilateral, eso sí, en un marco de igualdad, respeto y condiciones de justas”. (O)

-Hernán Pérez Loose, exrepresentante de Ecuador en la ONU

“En general, en Estados Unidos no hay tradición de invitar a jefes de Estado o de Gobiernos extranjeros para la ceremonia de cambio de mando presidencial cada cuatro años. La invitación que ha hecho el presidente Trump a varios presidentes y líderes políticos de América Latina tiene, por lo tanto, una gran relevancia para la región. Hay varios indicios que parecen apuntar a un cambio -aunque sea tardío- de Washington con respecto a América Latina, que fue relegada luego del fin de la Guerra Fría. Ojalá que esos cambios se concreten en políticas de cooperación económica y respeto mutuo”. (O)

-Mauricio Gándara Gallegos, exdiplomático

“Esta invitación implica una alineación del país con la extrema derecha, lo cual de alguna manera puede incidir en el resultado electoral. No sé si en favor o en contra. Esta primera vuelta en Ecuador tiene sabor de segunda. Los invitados del señor Trump, especiales, son Bukele, Milei y la señora Meloni de Italia. Mucho se discutirá sobre el modelo de ellos, en primera y segunda vuelta. Esta alineamiento con Trump puede significar pérdida de votos entre familias de inmigrantes”. (O)

-Grace Jaramillo, analista

“Nunca el comité de transferencia del poder había invitado a ningún mandatario extranjero. Por supuesto, siempre titulares diplomáticos acreditados en Washington recibían una invitación, pero nunca jefes de Estado. Es claro que el presidente Trump quiso cambiar la tradición, pero no lo hizo con una visión estratégica o geopolítica. Invitó solo a líderes que en el pasado se han alineado absolutamente con sus ideas y su personalidad. De ahí que solo los presidentes Milei y Bukele hayan sido invitados por su comité organizador. De ellos dos, Milei es el más cercano y es muy probable que Bukele se excuse porque recibió críticas gratuitas de Trump durante la campaña presidencial. El presidente Daniel Noboa no está en la lista de invitados oficiales del comité, sino en la lista personal del futuro secretario de Salud, Robert Kennedy Jr.”. (O)

-Simón Pachano, profesor-investigador de Flacso

“Que el presidente ecuatoriano sea uno de los invitados... genera muchas preguntas y da lugar a múltiples supuestos sobre sus posibles efectos. La primera pregunta se sintetiza en dos palabras: ¿por qué? Hay por lo menos dos respuestas. Una es la que se ha regado como rumor: que se debe a la amistad de Daniel Noboa con Robert Kennedy. Pero esta es insuficiente, porque una amistad no basta para explicar un hecho como este. Por tanto, hay que ir a la segunda, que apunta a que Trump, seguramente asesorado por el futuro secretario de Estado (canciller) Marco Rubio, decidió entregar un mensaje simbólico sobre la orientación que tendrá su política exterior. Si se observa la lista de mandatarios invitados, se comprenderá fácilmente que hay un criterio ideológico muy definido. Todos son de derecha, e incluso algunos de extrema derecha y derecha populista. Sería interesante conocer la reacción del presidente Noboa al verse incluido en ese grupo, cuando al inicio de su mandato se calificó como de centroizquierda y siempre ha evadido cualquier definición ideológica.

En cuanto a los efectos, se puede suponer que de esto se puede desprender un tratamiento relativamente preferencial para el Ecuador en determinados aspectos como el combate a la delincuencia (aunque el mejor apoyo consistiría en controlar el consumo de drogas en su territorio). Pero no se puede generalizar a otros aspectos, particularmente al comercial, por la postura proteccionista de Trump”. (O)

-Adrián Bonilla, analista

“Los Estados Unidos han invitado a la posesión de Donald Trump, por primera vez en su tradición ceremonial a varios presidentes, pero también a dirigentes de partidos políticos afines a la nueva derecha radical mundial que él representa. Hay jefes de Estado convocados que tienen importancia estratégica y el caso más emblemático es el presidente chino Xi Jing Ping, quien estará representado por su vicepresidente. De los países de la Unión Europea los únicos llamados fueron el húngaro Víctor Orbán, que tampoco asistirá, euroescéptico, ultraconservador y nacionalista, muy cercano a Putin, y la italiana Georgia Meloni, también conservadora, pero crítica de Rusia.

De América Latina llegarán Milei, Bukele y Daniel Noboa. Los dos primeros admiradores explícitos del millonario estadounidense, y críticos del partido demócrata, que inclusive ayudaron con sus declaraciones en la campaña, mientras que el ecuatoriano ha producido una política exterior de aquiescencia frente a los Estados Unidos.

Hay también una constelación de líderes derechistas invitados que forman parte de algo parecido a una “internacional ultra” de la tendencia: Abascal, de España; Bolsonaro, de Brasil; Zemmour, de Francia o Farage, del Reino Unido, entre otros. La ceremonia, en este sentido, es profundamente ideológica.

Tal vez tan importantes como las invitaciones son las exclusiones. De ellas hay dos realmente significativas. El jefe de Estado ruso, que más allá de su amistad con Trump, tendrá que negociar y confrontar en varios temas con los EE. UU., y la presidenta mexicana. Ellos no tuvieron el tratamiento de importancia dispensado al líder chino. Mirarán el evento en televisión”. (O)

-Luis Fierro, analista

Rompiendo con la tradición, Trump ha invitado a su toma de mando a varios jefes de Estado de otros países, la mayoría de ellos de ultraderecha: la primera ministra de Italia, Georgia Meloni (de un partido neofascista); el primer ministro Orban, de Hungría (líder pro-Putin); Javier Milei, presidente de Argentina; Nayib Bukele, presidente de El Salvador; y Daniel Noboa, presidente de Ecuador. Trump también ha invitado a líderes de partidos y movimientos de ultraderecha, tales como Nigel Farage, del Reino Unido; Eric Zemmour, de Francia; Tom Van Grieken, de Bélgica; Mateusz Morawiecki, de Polonia; Santiago Abascal, de Vox, España, y los líderes del partido alemán AfD.

Trump claramente busca impulsar una “internacional de derecha” o incluso ultraderecha, cercana a Putin y a los neofascistas de Europa.

En el caso de América Latina, ha invitado a tres mandatarios de derecha; no está claro si esta alineación ideológica excluirá a estos países de la amenaza de imponer aranceles; parece que no salvará a Ecuador y El Salvador de la deportación masiva de inmigrantes indocumentados”. (O)