Este jueves Daniel Noboa Azín asume oficialmente la Presidencia de la República para liderar al país hasta mayo de 2025, para completar el periodo iniciado por Guillermo Lasso en 2021.

Su tarea será dura y necesita de una rápida acción por el corto tiempo que tendrá para paliar las principales preocupaciones de los ecuatorianos, empezando por la inseguridad y la economía, tomando en cuenta que se presenta una gran falta de recursos del Estado.

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Frente a este panorama, varios de nuestros columnistas opinan que debe empezar a tomar decisiones de inmediato, puesto que el tiempo es muy corto, más si al final seguirá con su intención de buscar la reelección.

Carlos de Tomaso, analista

Sin duda el principal objetivo de Daniel Noboa antes de que termine el año 2023 será lograr aprobar la reforma tributaria que ha anunciado, ejerciendo su iniciativa exclusiva, y bajo la figura de ley urgente económica, de tal forma que se apruebe antes del fin de año y que pueda entrar en vigencia en el 2024.

El otro gran reto que tendrá el presidente Noboa será terminar de armar su equipo de primera línea de su gobierno que se estima son 120 personas. Cumplidos esos dos objetivos podrá arrancar el 2024 a toda máquina.

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Roberto Aspiazu, analista

La prioridad de Daniel Noboa es consolidar la confianza y credibilidad del Gobierno con sus acciones iniciales. Esto incluye el alcance de la declaratoria de estado de emergencia, que fue de ninguna utilidad durante la última administración, así como los dos proyectos de ley urgentes que enviará a la Asamblea Nacional sobre la reforma tributaria y la crisis energética.

La primera será clave para afianzar la autoridad presidencial en su compromiso de lucha contra la inseguridad ciudadana; la segunda para reflejar su visión país sobre los cambios que se imponen en el ámbito del quehacer económico, en estado de crítico por el déficit fiscal y los apagones.

De inicio el presidente Noboa debe dar señales que es un hombre conectado a tierra, que no se deja llevar por la “nube rosada” o el “efecto burbuja” que desorientan el ejercicio del poder. No va a tener margen para errores, menos aún con un mandato de año y medio.

La designación de ministros muy jóvenes ha generado muchas dudas sobre la capacidad de obrar con prontitud y eficacia, en un escenario de múltiples expectativas insatisfechas.

Va a gozar de una breve tregua en la que deberá demostrar que es un líder de arrestos y ejecutorias. Su alianza política con el presidente de la Asamblea nacional, Henry Kronfle, será un factor clave de gobernabilidad.

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Alberto Dahik Garzozi, exvicepresidente de la República

El nuevo gobierno parte con grandes limitaciones: 1.- Un corto periodo. 2.- Una situación fiscal asfixiante, estructural y creciente. 3.- Una gran iliquidez previsible del IESS. 4.- Una crisis de seguridad sin precedentes. Esto para citar los más acuciantes problemas del país.

El reto más grande es escoger qué atacar y entender cómo se puede asegurar la estabilidad del país, y el no generar condiciones para una crisis del tamaño de la de 1999. Si una mayoría existe en la Asamblea debería ser para tratar estos temas y los demás que necesita el Ecuador, no para buscar acomodos burocráticos o cuotas de poder a cambio de votos.

La agenda de reelección me parece incompatible con la necesidad de reformas que no pueden esperar. Ojalá que el país entienda esto y que se logre un acuerdo nacional para enfrentar los problemas que nos agobian, a fin de evitar que lleguen días peores. Sin embargo, todo parece indicar que las agendas políticas de todos los actores, esto es Ejecutivo y Asamblea, van a estar por encima de la gran agenda nacional.

Toca esperar para ver la conducta de los actores y así poder analizar hacia dónde irá el Ecuador.

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Walter Spurrier Baquerizo, analista

La prioridad que opaca a todas las otras es conseguir dinero para cubrir el rol de pagos de diciembre y los demás gastos presupuestarios de la última parte del año, evitando hacerle daño a la economía. En segundo lugar tomar decisiones que impliquen reducir los apagones que amenazan con prolongarse hasta fines de marzo. Y luego conseguir que la Asamblea apruebe su propuesta tributaria este año para que se aplique desde 2024. La lucha contra la inseguridad depende de algún plan a ejecutarse desde el próximo año, pero el presidente Noboa deberá determinar acciones para que la población pueda disfrutar del feriado de fin de año sin temor: salir a cenar, bailar, pasearse, quemar viejos y viajar a las playas.

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Fabián Corral Burbano de Lara, analista

Las circunstancias por las que atraviesa el país indican, en mi opinión, que su mandato debe estar determinado, incluso en el corto plazo, por una tarea prioritaria, esencial e irrevocable: la restauración de la seguridad, y la pronta y eficaz definición de planes y acciones de inteligencia, policía y fuerzas armadas en orden a darle señales concretas a la gente de que su compromiso será devolverle la tranquilidad. Inaugurar el reinicio de la paz

Sin seguridad, sin confianza, no será posible la recuperación económica, ni la inversión, ni la generación de empleo, ni el desarrollo de iniciativas productivas. Por lo mismo, los esfuerzos prontos hacia la restauración de la seguridad es el imperativo del que dependen las demás tareas que se proponga el Gobierno.

El presidente debería trabajar prontamente en lo que al Ejecutivo le corresponde, e iniciar de inmediato las tareas complejas de comprometer en tal empeño a la Asamblea, la judicatura, la administración pública y la sociedad civil, que está esperando definiciones y acciones urgentes sobre el tema.

Ante la importancia de la restauración de la confianza, los demás temas no deberían olvidarse. Pero ahora es asunto de prioridades, y la primera tarea es la seguridad. De su recuperación depende lo demás. Depende el éxito o el fracaso del régimen. Ese será su signo.

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Alfredo Saltos Guale, analista de temas agrícolas y productivos

Debe aprovechar el limitado tiempo de gobierno y la endeble mayoría legislativa para enviar inmediatamente las leyes que logre calificar de urgencia económica en los campos de abastecimiento de energía eléctrica, en medidas de seguridad y en fomento de la producción. Que haga un filtro de las leyes existentes y las aplique inmediatamente, si no dispone de reglamentos que los promulgue sin pérdida de tiempo y aprovechando su atribución presidencial, reforme los que sean necesarios, puede utilizar racionalmente su capacidad legislativa administrando la nación vía reglamentos.

No debe pensar, peor actuar, en función de una posibilidad de reelección, esa tiene que ganársela con obras visibles entre las que sobresalen las relacionadas con el fenómeno El Niño y el cambio climático, cuyos impactos ya se perciben. El inmediato auxilio a los productores es absolutamente necesario, especialmente en lo agrícola y acuícola, que serán los más afectados por los fenómenos naturales que reducirán el abastecimiento alimentario y disminuirán las exportaciones y con ellas se dará un grave impacto a la dolarización. Por consecuencia de ellos sobrevendrán problemas sanitarios, debe profundizar los planes de vacunación continuando con los del COVID-19 e iniciando contra otras enfermedades.

Debe preocuparse por la ganadería tanto la mayor como la bovina de leche y de carne e impulsar los planes avícolas que son los elementos que proporcionan proteína más barata para los sectores marginales donde la carne de pollo es una necesidad.

Desde luego actuar con frontalidad contra la delincuencia, aprovechando lo que deja el presidente Lasso que en algo avanzó sobre todo en la provisión de armamento a la policía, integrando a las Fuerzas Armadas en esa tarea.

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Gustavo Cortez Galecio, analista y consultor

El presidente Daniel Noboa debe empezar dando fuertes golpes de timón, que tengan características posibles en las dos temáticas sociales más candentes que afrontará desde el arranque: la inseguridad y la falta de empleo.

Asciende al poder de un país derrotado por el accionar delincuencial de grupos que han superado hace rato ya cualquier respeto y que ya no se intimidan ni por rangos ni uniformes a la hora de robar, secuestrar o matar. Y eso demanda de acciones represivas urgentes, que pongan en corto plazo las cosas en su lugar y motiven una segunda etapa de conciliación y persuasión; y otra posterior etapa de control rígido para que no vuelva el caos armado que ahora sentimos.

Anuncia Noboa de estado de excepción inmediato, con enfoque en el trámite urgente de reformas legales, entre ellas la de dar incentivos tributarios a quienes contraten jóvenes. Suena bien, es necesario, pero mientras tanto debería optar por la rehabilitación de la obra pública, que por si genera mucho espacio laboral, junto con la resolución de obras de infraestructura, más aún con la amenaza del evento climático de El Niño que tenemos, y del que, menos mal hasta ahora, han fallado todos los pronósticos.

El presidente Noboa debe enfocar su tarea de 17 meses en no más de tres áreas urgentes. Suficiente para trascender.

Beatriz León, médica y analista

Luego de ser presidente casi por casualidad, Noboa en el curso de más de un mes desde la victoria, parecía continuar con el estilo de su campaña de mesura en sus expresiones para mantener la expectativa y mostrarse maduro. Lamentablemente con pocas palabras causó el efecto contrario en su intento de conseguir apoyo en agencias económicas multilaterales, provocando turbulencia con el aumento del riesgo país. ¿Habrá aprendido la lección después de ese primer traspié?

Su corta y magra historia en la política lo obliga a dar certezas para disipar las dudas sobre su preparación y equipo de gobierno. La inseguridad y crisis financiera no son oportunidades de aprendizaje lento, debe proponer un camino y lograr el ansiado consenso con respuestas concretas, no lírica. Si el pragmatismo fue el motor del pacto inicial para nombrar autoridades en el Legislativo, está en deuda con la aclaración del costo de esos puestos. La transparencia se muestra, de ella sí, se habla poco. Se verá, ojalá, con buenas leyes aprobadas y sin impunidad o reparto de la justicia y sistemas de control del país.

Todos queremos, deseamos casi fervientemente que sea un buen gobierno. Lo peor que podría hacer es culpar al gobierno anterior de los problemas que tiene, el país entero los conoce y él debe hacerse cargo, fue electo para solucionar, para demostrar con gestión que merece volver a ser candidato, sus resultados positivos no pueden ser promesas y populismo.

El apoyo actual es efímero, a falta de partido y principios ideológicos claros -contribuyentes a no tener gabinete completo para arrancar su presidencia-, tiene a su favor el hartazgo de la bronca y el ser un gobierno de transición del que se espera poco pero contundente. En este mes, con certezas en un par de actos puede disipar la imagen de improvisación que ronda sobre él, para conseguir la confianza indispensable y la estabilidad política.

Miguel Hernández Terán, constitucionalista

No exagero si digo que el Ecuador vive la peor crisis de su historia por la conjugación de factores que se mezclan. El presidente Noboa se encuentra abocado a atender cuestiones inmediatas: el pago de sueldos y beneficios sociales hasta fin de año, el análisis integral de la realidad del país, la conformación de un buen equipo de trabajo, la presentación a la Asamblea de una atinada reforma económica tributaria. Lo del equipo de trabajo es un tema especialmente sensible por su carácter humano, pero a su vez muy objetivo. Polarizar la juventud desatendiendo la experiencia es un importante error, y polarizar la experiencia sin dar oportunidad a la juventud es también equivocado.

La reforma tributaria es tema complejo: es imperativo el estímulo a la inversión, pero es también urgente lograr ingresos fiscales mínimos para sobrevivir y cumplir las promesas de campaña. El resultado de los estímulos tributarios no se visualiza a corto plazo, pero los egresos para sobrevivir y combatir la delincuencia son inmediatos. Además, ya no ingresarán a la economía una porción de dineros de petróleo. Noboa debe definir cómo va a compensar esa merma. Así las cosas, la lucha en lo que resta del año se centrará en lograr desafíos viables que arrancan por definiciones claras.


Al pleno de la Asamblea Nacional, llegan los invitados especiales a la posesión del nuevo presidente del Ecuador, Daniel Noboa, y de la vicepresidenta, Verónica Abad. Entre ellos, Isabel Noboa. Carlos Granja Medranda / EL UNIVERSO Foto: El Universo

Raúl Hidalgo Zambrano, analista

El presidente Daniel Noboa manifestó que su prioridad será la economía y seguridad; y para lograrlo necesita de la gobernabilidad que la Asamblea Nacional le permita, pues debe legislar las reformas a la Constitución y leyes. Para ello constituyó un pacto tripartito, de mayoría, con la Revolución Ciudadana y el Partido Social Cristiano. Sin embargo, ya hay algunas voces estridentes de asambleístas que desean priorizar la fiscalización y dar amnistías para algunos procesados por la justicia.

Priorizar la economía es una obligación para el presidente, debe enviar lo más pronto a la Asamblea leyes que permitan salir del profundo pozo dejado por gobiernos anteriores, además su trámite tendrá que pasar por la Corte Constitucional. Algunas decisiones económicas las podría hacer vía decretos ejecutivos. Vencer al trámite burocrático, objeciones y protestas de actores políticos como sindicatos, indígenas y otros antagonistas, durará meses.

En seguridad debe enviar reformas a la Constitución y leyes, relativas a la seguridad ciudadana y el rol de las Fuerzas Armadas como actor directo en la seguridad interna. Por el momento no le queda más remedio que seguir decretando estados de excepción por grave conmoción interna, pues el crimen organizado se incrementa cada día.

En conclusión, en corto tiempo no podrá hacer cambios profundos en economía, ni seguridad, y deberá navegar entre estados de excepción hasta lograr los cambios deseados.

Adrián Santiago Pérez Salazar, abogado

Seguridad, seguridad, seguridad. Ecuador está viviendo niveles de violencia y delincuencia sin precedentes, y cada día que pasa los carteles del narcotráfico consolidan más su poder en nuestro país. Un mes es poco tiempo para resolver un problema tan complejo, pero desde su primer día Daniel Noboa puede empezar a sembrar las semillas.

Uno de los puntos débiles más críticos en nuestra lucha contra las mafias es nuestro esclerótico sistema judicial, debilitado por la corrupción y fácilmente manipulable. A diferencia de otros aspectos más complejos en la lucha contra la delincuencia, una profunda reestructuración judicial requerirá relativamente poco tiempo, recursos, y sus efectos serán palpables en poco tiempo. En particular, sería sumamente interesante que Noboa implemente un sistema propuesto por varios actores de la sociedad civil y que formó parte de las propuestas de campaña de Otto Sonnenholzner: crear una unidad de jueces que resuelvan casos de delincuencia organizada desde el extranjero, protegidos de la intimidación de los narcos. Preparar el camino para reformas como esta debería ser la prioridad del nuevo presidente en el mes que le queda al 2023.

Alberto Molina Flores, analista

Daniel Noboa, al asumir el cargo de presidente Constitucional de la República, hereda un fardo muy pesado, tendrá que hacer frente a las urgentes demandas que podrían ser inconmensurables considerando el corto tiempo de mandato.

Prioritariamente tiene que resolver la grave inseguridad que vive el país, la Policía es un elemento clave, requiere de una urgente depuración y dotarles de armamento y equipo moderno, patrulleros y cuarteles donde puedan descansar y alimentarse adecuadamente; para que las Fuerzas Armadas puedan dar el apoyo complementario a la Policía para combatir el crimen organizado, deberá pedir a la Asamblea aprobar el proyecto sobre el tema que reposa ya casi un año en la Comisión respectiva. Igual las cárceles requieren de una atención urgente, debería solicitar a organismos internacionales el apoyo técnico para su administración; el otro elemento clave es la justicia, la Asamblea debe revisar las leyes que favorecen a la delincuencia y evitar que jueces y fiscales hagan mal uso de acciones de protección, habeas corpus, etc.

La rehabilitación económica es prioritaria y urgente, le permitirá palear la falta de empleo. Los hospitales requieren de equipos modernos para la atención al público. La falta de medicinas y la oportuna atención médica.

La seguridad social es otro de problemas urgentes a resolver. Hay que recordarle que no hay seguridad sin desarrollo, ni desarrollo sin seguridad.

Inkarri Kowii, analista y especialista en temas indígenas

Daniel Noboa asume el poder con un gran enemigo por delante, el tiempo. Apenas 18 meses de gobierno. El país necesita decisiones a largo plazo, no solo del tipo coyuntural, especialmente en el campo económico y de seguridad. ¿Podrá implementar las acciones necesarias y vencer los entrampados burocráticos que muchas veces ralentizan el tiempo más allá de lo planificado? El tiempo además se verá abrumado, pues empieza su periodo a la par del periodo preelectoral para el 2025, aún más cuando él mismo ha anunciado su intención de perseguir la reelección. ¿Las acciones serán las necesarias para el bienestar del país o serán tomadas para asegurar los votos de una futura contienda electoral? Además de lo dicho los cortes de energía eléctrica y la brecha fiscal pone aún más presión al Gobierno. Sus primeras acciones nos dejarán ver el camino por el cual ha decidido transitar, pues al momento contamos con muy pocas pistas. ¿En este corto tiempo sentará las bases para fortalecer la cooperación privada y el sector público para la solución de nuestros problemas, o expandirá la intervención y control estatal? ¿Se aventurará a realizar una reforma institucional? ¿Qué hará con la Secretaría de Gestión y Desarrollo de Pueblos y Nacionalidades Indígenas?, creada por Lasso, que ha demostrado ser completamente ineficiente. Por otro lado, el combate a la desnutrición crónica infantil debe ser fortalecido. El tiempo será su principal enemigo frente a un escenario social y político que demanda de un plan a largo plazo.

Ana Minga, periodista

El presidente del Ecuador, Daniel Noboa, ante un país empobrecido tiene que encargarse de todos los pilares fundamentales de esta sociedad, pero los principales son seguridad y salud. En seguridad estamos viviendo una falsa tregua entre lo legal y los negocios ilícitos, pues quienes manejan estos últimos están pendientes de cómo se moverán “las fichas”, es decir, cuál será la política a seguir del nuevo gobierno para transitar por nuevas o anteriores rutas. Esto trae como consecuencia violencia e inseguridad. Quito, es una de las ciudades que empieza a sentir la violencia que se generó en Guayaquil cuando empezó la territorialización de las bandas en su afán de reclutar integrantes y venta de drogas. Y la salud pública sufre una gran crisis que mantiene a los hospitales sin insumos básicos para atenciones urgentes. Dentro de lo que queda del 2023, el presidente Noboa puede señalar estrategias a seguir y dar el inicio en su ejecución. En salud, priorizar este sector con un decreto de largo aliento.

Para empezar el 2024, diciembre debe ser un mes de trabajo entre el Ejecutivo y Legislativo, sin las largas vacaciones navideñas. Es una etapa donde Noboa debe demostrar trabajo tomando en cuenta que su gestión es corta e incluso si quiere la reelección, no tiene tiempo que perder.

Cristina Villagómez, analista

Pensar que al final del mandato de Noboa habrá una larga lista de éxitos, es iluso. Serán pocos los logros, pero eso basta si son contundentes. Mi abuela siempre decía “el que mucho abarca, poco aprieta”. Esa frase debe ser el nuevo mantra del presidente electo.

¿Qué debe “apretar” Noboa? Pues lo más importante en este momento: las condiciones de seguridad de los ecuatorianos y comunicar los avances en la materia. Esto será probablemente lo que el presidente alcanzará a hacer sin depender tanto de otros poderes del Estado.

En ese sentido y a nivel interno Noboa tiene que ser capaz de mostrar algo de capacidad de control sobre las cárceles, por ejemplo. Más que construir centros penitenciarios, el presidente debe intentar reorganizar la distribución de los presos por niveles de peligrosidad, hacer redadas y reubicaciones críticas constantemente.

La lucha contra el crimen tiene que tener una dimensión regional. Sea para negociar la repatriación de convictos, fortalecimiento de policías, intercambio de información o control fronterizo Ecuador necesita aliados y rápido. Por eso, el primer mandatario debe cerciorarse de enviar emisarios competentes a embajadas críticas como por ejemplo Estados Unidos, Venezuela, Colombia, Perú, México y Chile.

La política en el país nunca deja de sorprender, más negativa que positivamente. Por el bien del Ecuador, espero que Noboa sea una sorpresa, al menos, amena.

Fernando Navia Gallardo, analista de temas comerciales

En los casi cuarenta días restantes del 2023, el presidente Noboa debe mantener al gobierno en marcha, cumpliendo pagos indispensables para ello; seleccionar o validar la selección de no menos de cien funcionarios de los estamentos clave del Ejecutivo y proponer y/o validar las prioridades a cumplir por esas funciones del Gobierno durante el 2024.  Esas prioridades deben incluir logros tempranos en los aspectos más anhelados por la ciudadanía y que dependan en menor medida de la relación con la Asamblea Nacional.

(O)