León Febres-Cordero, presidente entre 1984-1988, sin declararse dictador, tomó decisiones de abuso – en su gobierno escribí el libro El abuso del poder, editorial El Conejo, 1986. Coincidimos entre los años 1994 y 2000: él, alcalde de Guayaquil; y yo, rector de la Universidad, nuestra relación institucional fue positiva.

Rafael Correa impuso el hiperpresidencialismo en la Constitución, para gobernar él y los que escoja. En la propia Asamblea de Montecristi, julio del 2008, denuncié cómo se armó su texto y me negué a votarlo. Su actual beneficiario es Daniel Noboa, que llegó con el discurso de que no habría revanchas, “el anti tiene un techo y el pro es infinito”. Entregó la Asamblea Nacional a los bloques del Partido Social Cristiano, PSC, y del correato, mientras consolidaba otros espacios de poder.

El 19 de octubre del 2023, Verónica Abad, vicepresidenta electa, ya distanciada de Noboa, cruzó notas con Victoria Villarruel, entonces candidata a vicepresidenta de Javier Milei, y le escribió “... pronto nos veremos compartiendo el poder de nuestros pueblos”. En este enero del 2025, desde el entorno de Milei, califican de “sanguijuela” a la señora Villarruel, quien es vicepresidenta y preside el Senado, ¿se quedará con “los churos hechos” –vestida y alborotada–?

No más falsas ilusiones

Educar para dudar

Rechazo todo vejamen, más aún cuando se impone desde el poder. Lo hice en la Constituyente de Montecristi (2007 – 2008), gobierno de Correa, cuando se votó la amnistía para los perseguidos de Dayuma, porque Correa no solo impidió la libertad de Guadalupe Llori, entonces prefecta de Orellana, sino que en la cárcel la sometieron a castigos como lavar grandes ollas y restregar el piso para sacar restos de chicles (algo que se registró en www.planv.com.ec/historias/guadalupe-llori-la-primera-que-enfrento-correa-fue-apresada-y-humillada-nueve/).

Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, quien se posesionará el 20 de enero del 2025, presenta una agenda de intenciones: apropiarse del canal de Panamá si no se somete a condiciones, comprar la isla de Groenlandia, cambiarle el nombre al golfo de México, anexar a Canadá, con nuevos términos de relación. Cuando se le preguntó si podía “asegurar al mundo” que no utilizaría la coerción militar o económica para tomar el control de áreas como Groenlandia y el canal de Panamá, respondió: “No me comprometeré a eso (…), no estaría abierto a la fuerza militar en cuanto a Canadá, la económica –aranceles y otras medidas– es una opción viable”. En juicio penal, en que el Jurado había declarado culpable a Trump, solo faltando la pena, el juez que debía dictarla expresó: “La sentencia condenatoria a quien está en el cargo más alto de la tierra es un descargo incondicional”. La burla de Trump fue su reacción.

Aun cuando parezca iluso, ¿será posible esperar que los candidatos se comprometan a un orden jurídico que merezca respeto y se respete?

Y reitero la demanda de no encubrimiento, ni dilatoria, en la respuesta a la pregunta ¿dónde fueron abandonados o entregados los cuatro menores de Las Malvinas en la noche del domingo 8 de diciembre de 2024, con anuncio de apagones y toque de queda en la ruta en que habrían sido llevados, vía Durán, a Taura? (O)