Muchos recordarán El patito feo (H. C. Andersen), el cuento de un patito grande y feo que sufría picotazos y burlas por ser diferente. Un día, al ver unos bellos cisnes blancos, y notar en el lago su reflejo, se reconoció como uno de ellos.

Boris Cyrulnik, quien de niño escapó de un campo de concentración, escribió Los patitos feos (2002), donde concibe la resiliencia como el arte de navegar en los torrentes. “Una infancia infeliz no determina la vida”, pero se necesita una mano tendida, una relación afectiva, una institución que apoye al patito a ser un cisne a pesar de sus heridas.

El desafío de 2025

Toda mi vida conviví con personas con discapacidad. Mi mente y mi corazón eran cautivos de sus historias: la de Fernando, adulto sordo, con quien debatía ideas. De Ricky, joven autista, y su mirada iluminada al rozar mis rizos. De Rosy, niña con parálisis cerebral, cuya madre la cargaba por cuadras hasta la escuela. Hoy es la de Kiara, doble medallista de oro en los Juegos Paralímpicos. Con ellos aprendí la resiliencia: capacidad de los seres vivos, materia y sistemas para sobreponerse a una situación adversa y salir fortalecidos o recuperar su estado al cesar la perturbación que los sometía.

Años atrás participaba en una reunión de la OEA cuando se aplaudieron los esfuerzos de Ecuador en temas de inclusión. En el receso sentí la presencia de un hombre a mis espaldas, preguntando en inglés cantarín: “Is that you?”. Steve, un amigo jamaiquino ciego, se acercaba para reconocer mi rostro con las manos. ¡Cuánta belleza en un gesto! Celebro, así, que en la agenda de la 27.ª Conferencia de la CAF en la OEA se haya incluido el poder del arte, la educación, el deporte, para prevenir la violencia y el narcotráfico, y apuntar a la seguridad y la resiliencia.

La causa raíz

En el marco de la feroz dictadura venezolana leo “La teoría del ‘cisne negro’ y el ocaso del régimen de Maduro”, del político Julio Borges (El Nacional), en el que menciona a N. Taleb, autor de El cisne negro, el impacto de lo altamente improbable: un evento muy especial puede cambiar la realidad.

Cuando se halló un cisne negro en Australia, acabó el supuesto de que los cisnes eran blancos. La dictadura de Nicolás Maduro tiene tres características de lo observado por Taleb, dice Borges: 1) lo raro: hecho difícil de predecir; 2) impacto extremo: consecuencias profundas; y 3) retrospectiva predecible: era lógico e inevitable. “El ‘cisne negro’ para Maduro vendrá como consecuencia de haber forzado y violentado la realidad a un nivel tan extremo que terminará fracturándose el bloque de poder y Maduro saldrá del poder”, concluye Borges.

Un paisaje tétrico

¡Qué resiliencia la de María Corina, don Edmundo y el bravo pueblo venezolano para recuperar su libertad y desarmar la macabra estructura corporativa del narcotráfico a la que están sometidos!

¿Y nosotros? Ecuador ya no es un bello cisne. Somos uno de los patitos más feos del mundo. ¿Nos sobrepondremos a la perturbación de reconocernos como narco-Estado, al hartazgo y desconfianza en los políticos, a la podredumbre del sistema de justicia, a la normalizada corrupción e impunidad? ¿Aparecerá un cisne negro? (O)