En el mundo empresarial el futuro no espera. La nostalgia por estrategias que ya no funcionan, modelos obsoletos o propuestas de valor que han perdido vigencia es un lastre que frena el progreso. Los negocios exitosos no sobreviven aferrándose al pasado. Un ejemplo reciente: Forever 21 quebró en Estados Unidos, señalando como causa el auge de plataformas como Temu, que entendieron mejor las nuevas reglas del juego.

Bomba activada

¿Recesión en EE. UU.?

Pero hay señales claras de que el camino está en la reinvención. En el mundo de las comunicaciones esto es evidente. Jeff Bezos, fundador de Amazon, adquirió The Washington Post no para gestionar un periódico tradicional, sino para moldear narrativas globales y ampliar su alcance. Patrick Soon-Shiong, pionero en el sector salud, compró Los Angeles Times con la visión de promover la integridad editorial y abogar por la salud pública. Marc Benioff, creador de Salesforce, adquirió Time con el propósito de impulsar el bienestar social y el progreso colectivo.

Estos empresarios entendieron que los medios no son reliquias, sino plataformas estratégicas con poder de impacto. No se trata solo de informar, sino de transformar. Los medios que generan valor son los que conectan, educan y movilizan.

Incluso en sectores en declive hay ejemplos de transformación exitosa. Barnes & Noble, la cadena de librerías, enfrentó la competencia de Amazon con una estrategia audaz: convirtió sus tiendas en experiencias completas, con cafés, eventos y espacios interactivos. Entendieron que su valor no estaba solo en vender libros, sino en crear comunidad. Gracias a ese giro, no solo sobrevivieron, sino que volvieron a crecer.

En Ecuador, donde la desconfianza institucional es alta, los medios podrían convertirse en plataformas de transparencia y educación pública. Un medio bien gestionado puede ser más que una fuente de noticias: puede generar confianza, proponer soluciones y promover cambios duraderos. La clave está en crear contenido que forme criterio, eduque y aporte valor genuino.

Un ejemplo inspirador en la región es la revista Vida y éxito, que se ha posicionado como una plataforma de liderazgo en Centroamérica y Estados Unidos. Su éxito radica en conectar con empresarios, educar, inspirar y promover el desarrollo empresarial con propósito.

El mensaje es contundente: las empresas solo prosperan cuando se alinean con los nuevos tiempos. Los empresarios más exitosos son quienes ven el cambio y a la competencia no como una amenaza, sino como una oportunidad para crear valor.

La nostalgia –ese sentimiento cálido que nos conecta con tiempos, lugares o personas del pasado– puede reconfortar. Pero también puede convertirse en un obstáculo si nos impide aceptar los cambios o avanzar.

Superar la nostalgia no significa olvidar el pasado. Aprender de él es necesario; rescatar los valores y el propósito con los que se fundó una organización es fundamental. Pero reinventarse es vital. En un mundo en evolución hacia lo digital, la única forma de avanzar es abrazar la transformación con audacia y visión. ¿Estamos listos para comprenderlo? (O)