Guayaquil es una ciudad con muchas ciudades. Con entornos diferentes y habitantes heterogéneos. Diversidad que viene de las historias de su población, de sus familias, de sus gentes, descendientes de los primeros habitantes de estas tierras y de varios pueblos de este continente, “descubierto” por otros que se creyeron conquistadores de algo que existía y ellos ignoraban. O cuyas raíces están en la tierra origen de todas nuestras evoluciones: el África negra, a quien arrebataron sus gentes porque su color los hacía menos y los vendieron como mercancías. Y también de la blanca Europa y sus barcos, sus caballos, su sed de riquezas, su cultura, sus cruces y su fe. Los comerciantes de Oriente medio, su osadía y creatividad. No faltan los descendientes del Asia sabia, misteriosa y sagaz.

Guayaquil es una amalgama de razas y culturas fundidas al vaivén de su río, sus esteros, el calor de su clima y el talante acogedor de sus gentes.

Lo que es su profunda riqueza, derivada de su puerto y su vocación de comercio, también se convirtió en debilidad. La ciudad se fue extendiendo por pedazos, empujada por oleadas humanas que transformaron barrios enteros en guetos. Unas zonas más ricas y opulentas, con los más pobres viviendo o sobreviviendo en condiciones infrahumanas, con el acento común de los costeños. Se forjaron identidades ya no solo por los orígenes y la historia, sino por el lugar y barrio en que se vive y la geografía que lo circunda.

Esto se conoce sobre la propuesta de reordenamiento territorial de Guayaquil en 19 distritos

Los últimos años, en la alcaldía de Nebot, se dieron cambios vertiginosos que hicieron que los guayaquileños, ese común denominador que abraza todas las diferencias, se sientan orgullosos de mostrar una ciudad pujante.

Pero no se eliminaron, las diferencias abismales de sus habitantes en la posibilidad de acceso a servicios básicos, áreas verdes, transporte, vivienda, educación y salud. Cuando se busca un empleo a igual preparación, es determinante conocer el lugar donde se vive para que lo obtenga o no. Por eso la propuesta de dividir en 19 distritos la ciudad con el eslogan creativo de los 15 minutos es una excelente noticia, una aspiración largamente comentada y pedida.

Si los cimientos se construyen con muchos aportes... los resultados serán más rápidos.

Es evidente que un solo alcalde no puede hacer frente a una administración eficaz con una población que, en muchos de los posibles distritos, supera la de Cuenca, Machala o toda la provincia de Cotopaxi.

Aquiles Alvarez presenta ante Concejo proyecto de reordenamiento territorial para Guayaquil

Lo que más demora en una construcción son los cimientos. Requiere estudios. Muchos de ellos ya existen y son excelentes. Necesitan ser conocidos por la población, para que la participación ciudadana se dé sobre un documento base y con diferentes mesas de trabajo en el propio Municipio y por delegaciones de barrios y los más directamente involucrados en la planificación de una ciudad equitativa y diversa.

Sería excelente que los concejales, ellos mismos reflejo de la diversidad humana de la ciudad, conozcan las administraciones de ciudades que han avanzado creativamente en acercar el Estado a la ciudadanía y han disminuido significativamente la inseguridad.

Iztapalala, Medellín, Montevideo, Curitiba, entre otras.

Si los cimientos se construyen con muchos aportes complementarios y eficaces, donde los actores se incorporen convergiendo con sus capacidades en el objetivo común, los resultados serán más rápidos. (O)